#40 En otra vida

370 55 6
                                    

Haber sido tan cortante con Melissa fue algo que no terminaba de convencer a Steven. Se repetía para si mismo que lo que hacia era lo correcto, pese a no sentirlo realmente. 

Antes de poder proseguir con su búsqueda, Melissa lo alcanza tomándolo del brazo. 

 - Yo... creo que lo acabo de entender.  - Dice ella, con la respiración agitada tras haberle seguido el paso. - Lo que nos paso en la playa... no fue un golpe de calor ¿no es así? 

Steven se mantenía en su posición. No quería voltear y verla a los ojos pues ella sabría , por su expresión, que estaba en lo correcto. 

- Recordé haber escuchado alguna vez experiencias de otras personas que perdían la noción del tiempo de manera repentina, sin haber sufrido de situaciones parecidas con anterioridad. - Dijo Melissa, continuando con su explicación. - Steven, esto es serio. Yo puedo ayudarte, no tienes que hacer esto solo.

Steven ya no podía seguir ocultando lo evidente. 

Volteo a ver a Melissa, mostrando la gran carga emocional que tenia al intentar hacerse cargo solo de este problema y de todo lo que esto implicaba.

- Es a ella a quien le tienes miedo ¿verdad? - Continuo Melissa, con mucho cariño en cada una de sus palabras. - Me estas alejando porque quieres cuidar de mi... pero haz olvidando que tu también necesitas de alguien que cuide de ti.

Steven coloca su mano en el hombro de su acompañante, intentando en vano hacer un ultimo débil esfuerzo en alejarla. Pero el temblor en su mano hace evidente que ya no puede hacer esto por su cuenta. 

- No has dejado de preocuparte por mi, ni siquiera un poco. - Dice Melissa, mientras toma con cuidado la mano temblorosa de Steven. - Estoy aquí, contigo. Te aseguro que resolveremos esto juntos. 

Steven se acerca lo suficiente a Melissa para darle un fuerte abrazo, puesto que no podían salir de él las palabras necesarias para agradecerle todo lo que estaba haciendo por él. Ella no tardo en corresponderle, sintiéndose muy feliz por haber obedecido a su intuición y haber logrado que él aceptase su ayuda.

Entre tanto, Kirlia no había detenido su juego en ningún momento, pese a la presencia de Lia en aquella remota parte de su subconsciente.

- ¿Tu...  eres Lia Altruista? - Pregunta Gardevoir, sintiéndose extraña en ver a una versión de ella más joven. 

- ¿Por qué lo dices de esa manera? - Responde Kirlia, aun sin mirarla directamente.

- No, no es nada. Solo me sorprendió un poco el que te encuentres tan alejada de las demás. 

Kirlia toma de su caja de juguetes una muñeca pelirroja y la muestra a Lia. Todo esto sin moverse de su lugar. 

- Mi distanciamiento con el consejo no es por voluntad propia. Me exiliaron a este lugar porque consideraron que fui la causa de que nosotras soportemos por tanto tiempo todos los malos tratos de nuestra entrenadora original.

- Lo siento mucho. Realmente no fue mi intención...

- No te preocupes. El que exista una nueva Lia enamorada significa que estamos curando nuestras heridas y dándole la oportunidad a un futura redención. 

Lia se siente mejor con estas palabras así que aprovecha la oportunidad para contarle sobre el motivo que la llevo hasta este lugar. 

- Dime... ¿Qué piensas hacer cuando el peligro haya pasado? 

- Voy a arreglar las cosas con Steven. - Responde Lia, muy segura de lo que tiene planeado para aquel momento. - Sé muy bien que pese a enterarse de lo que hice, aun tiene sentimientos por mi en su corazón. Costara mucho, pero creo que es algo por lo que vale la pena insistir. Salvare a todas las personas que pueda en esta isla, y después de eso Steven sabrá que no soy el monstruo que él cree que soy.

Kirlia saca de su caja una pareja de esposos con los que comienza a jugar. 

- Me temo que encuentro un pequeño problema con tan elaborado plan, querida hermana. 

Lia se extraña por su respuesta, teniendo en cuenta que hasta el momento ambas parecían entenderse muy bien. 

- ¿Hay algo que no estoy considerando? - Pregunta Lia. 

- Claro que sí... Tan solo mira lo que hay debajo de tus pies.

Al obedecer a Kirlia, Lia nota que había estado pisando algo. Al moverse, notó que se encontraba sobre el muñeco de un bebe, el cual ahora se encontraba destruido. 

- ¿Y te sentirás bien contigo misma cuando hayas impedido el nacimiento del hijo de Steven y Melissa? - Dice Kirlia, quien no había mirado directamente a Lia hasta este momento. - Cambiaras el futuro en el que ellos dos forman una familia... ¿Solo para que seas tu quien usurpe un lugar que no te pertenece?

Por su parte, Steven había acompañado a Melissa hasta su departamento, ya que se encontraba mucho más cerca que el hospedaje que había reservado para sus vacaciones. Ella le había  convencido de detener momentáneamente la búsqueda de Lia hasta que se encuentre en mejores condiciones. 

Le dijo también que seria bueno que tomara una ducha fría para poder reducir el estrés, lo que le permitirá pensar mejor las cosas. 

- Pero que día... - Piensa para si mismo, mientras esta en la ducha. - Han sido tantas emociones en tan poco tiempo. 

Los recuerdos felices con Lia ahora parecen lejanos. No puede evitar pensar en como ella pudo ocultar todas las cosas terribles que había hecho todo este tiempo, siendo capaz de hablar tan naturalmente con él como si esto nunca hubiera pasado. 

Terminó de ducharse pero no encontró por ningún lado ninguna de sus prendas. 

- Puse tu ropa en la lavadora. - Dice Melissa, desde el otro lado de la puerta. - Puedes usar esta ropa que te he conseguido hasta que este lista. La voy a dejar en la perilla de la puerta.

Cuando ella ya se había ido, el abrió la puerta y tomo la bolsa que colgaba de ella, encontrando un cambio de ropa nueva que Melissa había comprado para él.

- Incluso se acordaba de mi talla. - Dice Steven, sintiéndose extrañado de como parecía haber retrocedido en el tiempo en una época en donde ellos estaban en su mejor momento.

Al salir encuentra a Melissa en su computadora.

- Encontré algo que será de mucha ayuda. - Dice ella, notablemente emocionada por compartir lo que había conseguido. - Unos compañeros del centro de redes consiguieron un collar que reduce drásticamente los poderes psíquicos de cualquier pokémon. Estarán aquí en un par de horas, hasta entonces creo que lo mejor será esperar.

Steven no sabia hasta el momento que acciones tomar si volvía a encontrarse con Lia, pues esta se había llevado consigo su pokeball y con ello la opción de mantenerla en un lugar donde no podía lastimar a nadie.  Su única protección era el collar de Cianita, el cual le impedía a ella volver a controlar sus recuerdos, pero no a escapar usando su teletransportación o a influenciar con sus poderes a otras personas. 

Melissa había conseguido una forma más que viable de lidiar con este problema sin llegar al extremo de encerrar a Lia o reportarla con las autoridades.

Hacia todo esto por el amor que sentía hacia él, y Steven terminaría de comprender que ese amor que ella le tuvo nunca se fue. 

- Te dije que lo conseguiríamos. - Dijo Melissa, mientras se acercaba a Steven y tomaba de sus manos. 

- Me faltaran palabras para agradecer por todo lo que estas haciendo. - Dice Steven, mirándola a los ojos. - No sé que hubiera hecho sin tu ayuda...

Sin darse cuenta, ambos se habían acercado lo suficiente el uno al otro. Pero fue Melissa la que dio la iniciativa, acortando la distancia entre sus labios y los de su acompañante.










Complicada compañeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora