#46 El Rey Unown

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Lia cierra los ojos, muy decepcionada. Sabe que nada como esto podía ser tan fácil.

- Parece que hay algo que no me deja usar libremente mis poderes... - Dice Jirachi, mientras se muestra reflexivo. – No puedo regresar en el tiempo hasta la fecha que me indicas, ni modificar nada que tenga que ver con salvar a víctimas de este enfrentamiento. De hecho, no puedo hacer nada que arregle el futuro.

Jirachi abre su tercer ojo, ubicado en el centro de su estómago, para poder observar detenidamente lo que está sucediendo.

- Esto está mal... está muy mal... - Dice la estrella, ligeramente alterada. – Tampoco encuentro por ninguna parte a Rayquaza, o al entrenador que debía guiarlo para detener a esos dos titanes. Aunque me pidas regresar en el tiempo, ellos simplemente no aparecerán... fueron completamente erradicados de este mundo.

Jirachi se acerca a Lia y usa su poder de curación en ella para evitar que caiga debilitada. Normalmente no haría nada hasta que se lo pidiera la persona que lo ha encontrado, pero al ser un momento tan crítico sintió que debía hacerlo.

- Esto solo puede ser obra de alguien con un poder tan grande como el mío, pero... ¿Quién?

Mientras dice esto, Lia nota que aparecieron de repente numerosos entes pequeños de color negro. Ellos tenían formas diferentes entre sí, compartiendo solo una característica: un solo ojo.

- Ya lo voy entendiendo. – Dice Jirachi, al notar la presencia de estos seres. – Algo así no debería haber sucedido... ¿Cuáles eran las posibilidades?

Comienzan a aparecer aún más de estos seres, agrupándose entre sí alrededor de ambos.

- Los Unowns son los miles de brazos con los que Arceus dio forma al universo. – Explica Jirachi, mientras se prepara para lo peor. - Estos de aquí, parecen haber sufrido algún tipo de corrupción. Tenemos que pensar en cómo revertir esta situación rápido, porque no nos darán mucho tiempo hasta que comiencen a atacar.

Tal como lo dijo la estrella, los Unowns tomaron una forma parecida a un gran ciempiés, recorriendo las paredes de la cueva mientras los cientos de ojos en su cuerpo disparan numerosos rayos de energía contra Jirachi.

- Esto no pinta bien. – Dice la estrella, mientras esquiva los numerosos ataques. – Si dejamos pasar más el tiempo, no habrá forma de que ningún deseo pueda cambiar todo lo que él ha causado.

El Rey Unown, producto de la corrupción de miles de estas criaturas, solo puede describirse como una entidad que busca la destrucción de su mundo a toda costa.

- Si ya no hay forma de cambiar el futuro... - Dice Lia, mientras evalúa las opciones que le quedan. – ¿Puedes regresar las cosas a un tiempo anterior? ¿Dónde el Rey Unown todavía no exista y todo esto se pueda evitar?

- Si, pero no puedo intervenir en ningún evento relacionado con la futura pelea de Groudon y Kyogre, ni la desaparición de Rayquaza y su entrenador. Alguien tendrá que encargarse de eso... – Dice Jirachi, mientras continua en su batalla. - ¡Por supuesto! ¡Tú puedes hacerlo! Tu puedes tomar su lugar y evitar que los responsables detrás de esta pelea no logren su cometido.

Lia queda paralizada con esta propuesta, ya que no puede verse a sí misma ocupando un lugar tan importante.

- Yo... no podría. Nunca he servido para las batallas, aun cuando me forzaban a hacerlo. - Dice Gardevoir, con mucha pena. - ¿No hay forma de que otra persona pueda ocupar ese lugar?

- Es posible, pero actualmente tú tienes mayores posibilidades de lograrlo que cualquier otra persona.

Entonces, el Rey Unown comienza a dividirse en secciones que se han distribuido alrededor de la cueva. Cada uno de sus miles de ojos brillan con intensidad, están a punto de lanzar su siguiente ataque.

- Ya se dio cuenta... - Exclama Jirachi, mientras va rápidamente a cubrir a Lia.

Entonces un potente golpe dirigido desde el cielo comienza a aplastar todo lo que se encuentra dentro del gran circulo que ha formado el Rey Unown. El techo de la cueva cae rápidamente, y todas las grandes piedras a su alrededor comienzan a hacerse añicos debido a la gravedad.

Jirachi usa su poder psíquico para proteger con todas sus fuerzas a Lia, esperando que ella sea capaz de aceptar su destino.

- Tienes que hacerlo.... Ya no hay tiempo...

Lia mira la situación en la que estaba. No podía permitir que las cosas terminaran así. Si había una posibilidad de remediarlo, debía de intentarlo, aun si las probabilidades no eran las más alentadoras.

Gardevoir cierra los ojos, y finalmente pide su deseo.

- Deseo que regreses en el tiempo y...

Al haber escuchado la totalidad del deseo, Jirachi comienza a brillar con mucha intensidad, modificando las partes de la realidad que el Rey Unown todavía no había cambiado de forma permanente.

(...)

Lia se levanta abruptamente de la cama, mirando a su alrededor.

Estaba en el cuarto de su entrenadora original, la cual era solo una niña pequeña que no se había despertado por el ruido que hizo su pokemon.

Por la perspectiva que tiene de todo, se da cuenta que es una Raltz.

Mira por la ventana, y ve todo el paisaje de la región Hoenn en completa calma, preguntándose si acaso todo aquello no era más que solo un sueño. Pero el recordar a las personas que dejo atrás, la llena de mucha tristeza.

- ¡Hoooooolaaaaa! – Saluda Jirachi, quien se encontraba detrás de ella.

Raltz solo cae al suelo, sorprendida por aquel repentino saludo.

- ¡¿Qué te pasa?! – Dice Lia, recuperando el aliento. - ¡Casi me da un infarto!

Jirachi sacude sus manos, haciendo una señal de que esto no era nada significativo.

- Vaya, ahora tenemos el mismo tamaño. – Dice la estrella, sonando tan inocente como de costumbre. - Supongo que ahora si podemos hablar sin que ningún monstruo cósmico nos intente asesinar.

Lia mira a su entrenadora, teniendo algunos sentimientos encontrados al respecto.

- Así que es ella. – Dice Jirachi, mirando a la niña. – Debes de guiarla como una entrenadora de bien, para que ambas puedan detener a quienes están detrás del futuro enfrentamiento entre Groudon y Kyogre.

La estrella vuela alrededor del cuarto, evaluando cualquier otro detalle que se esté olvidando.

- Ya me aseguré que el Rey Unown no se forme en nueva línea de tiempo, así que despreocúpate por eso. – Dice Jirachi, bastante convencido de sus palabras. - Por cierto, no debes dejar de entrenar un solo día. Sé te que te gustaría volver a ver a tu novio, pero, aun si es un solo día, esto va reducir las probabilidades que tienes. Cuando todo haya terminado, podrás volver con él y ya no tendrás que pelear nunca más.

- ¡Lo haré! – Dice Lia, enérgicamente. - Haré lo que sea para salvar a las personas que he conocido... ¡Lo prometo!

Jirachi siente alivio de que Lia haya asumido por completo el rol que se le ha asignado en esta nueva línea de tiempo.

- Creo que con toda la energía que use, si puedo justificar lo largo de mis siestas ¿No te parece? – Dice la estrella, mientras que Lia asiente con la cabeza. – Ya es hora de irme. Confió en que harás lo correcto.

Es así como Jirachi se marcha del lugar, dándole una nueva oportunidad a Lia de conseguir la paz en este universo.

Complicada compañeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora