La popular tiene un crush con el nerd de su salón. Ella quiere su total atención y él...
¡Que lo deje en paz porque la odia!
***
Cayetano no ha tenido una vida sencilla, es desconfiado y muy hermético, la única compañía que disfruta es la de sus dos...
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—Ya voy a pedir el carro para irnos, ¿primero recogemos el pedido o comemos? —inquirió Cayetano, revisando su celular, ignorando que Emili lo observaba con una sonrisa burlona.
—¿De verdad arreglarás pendientes en el trabajo durante nuestra cita? Totalmente tú.
»No tengo mucha hambre, pero ir a recoger las cosas implicaría andar cargándolas durante nuestra comida, así qué elijo ir primero a comer, imaginar que es algo romántico, bien, una cita real. Luego que la verdad me azote en la cara y darme cuenta de que solo me usaste para que te ayude a cargar.
—Es una cita real, no seas así. Lo hice para que se sintiera más natural. Perdón, si quieres cancelamos y otro día paso a buscarte con ropa formal, como en las películas gringas —propuso Gracia, obteniendo una carcajada por parte de su compañera.
—¡Claro que no! Ya pedí permiso, ya me puse el coordinado sensual, dejé la mayoría de mis cuadernos en casa para cargar cosas en la mochila, ya estoy lista.
—Ya deja de mencionar lo de tu ropa, me pones nervioso.
—¿A dónde me vas a llevar? —inquirió Emilia cuando escuchó la notificación de que el viaje estaba pedido y un auto pasaría por ellos en menos de cinco minutos.
—Pues a comer. Hay un lugar en el centro, es bonito, venden variedad de comida mexicana, pero si tú quieres otra cosa pasamos a otro lugar, no tengo problema.
—Deja de ser tan amable, es raro. —Lozada soltó una carcajada al ver como Tano empezaba a sonrojarse—. Me gusta la comida mexicana, también quiero conocer ese lugar porque supongo que es especial para ti.
—No así que digas "woow, elegante, perfecto, jamás vi nada igual", tampoco es la cosa más genial del mundo, solo considero que es un buen lugar. Voy mucho con Beba y mi hermano. Se come rico, atienden bien, los precios son accesibles...
—Vas a comer en familia ahí, claro que es especial.
—Dicho así suena diferente —balbuceó Cayetano sin dejar de ver la pantalla de su celular.
En todo el día apenas habían cruzado miradas, así que Emilia empezaba a sentirse incómoda. Quería sacarle plática o al menos hacer algún chiste, pero él parecía nervioso y tampoco esperaba hacer el ambiente peor.
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