66) El final de los tiempos

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—Listo el pay de queso y frutos rojos, lista la pasta, listo el pollo con salsa de champiñones, listo el cartel, lista la música, falta la decoración de las paredes y el mantel —enumeraba Cristina, tachando las cosas en una hoja de papel

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—Listo el pay de queso y frutos rojos, lista la pasta, listo el pollo con salsa de champiñones, listo el cartel, lista la música, falta la decoración de las paredes y el mantel —enumeraba Cristina, tachando las cosas en una hoja de papel.

—Sí, el mantel negro está guardado por ahí, creo que en el cuarto de mi mamá... no sé, ahorita lo busco. Mientras ayúdame a poner estas luces blancas del árbol de navidad por este lado de acá y otras en esta pared de enfrente. De aquí a aquí —señalaba Mateo marcando unas líneas con lápiz sobre la pared—. Las vas a pegar con este silicón para que no se note la cinta.

—Bien... ¿Por qué te tomas tanta molestia con esto? Sé que son nuestros amigos, pero parece que Cayetano le pedirá matrimonio a Emili, además ya se nos termina el tiempo.

—No solo son mis amigos, son mi shipp supremo. Los vi odiarse, gritarse, consolarse, aconsejarte y ahora por fin los veré amarse —celebró fingiendo limpiarse las lágrimas—. Tú no lo sabes, pero he puesto algo de mí en esa relación.

—Maty, sé que tienes ideas geniales para compartir con esa persona especial que aún no llega. Algún día decorarás un lugar hermoso, prepararás una gran cena y te darán un sí. Serás feliz con la persona correcta, por favor no te desanimes —pidió Cristina, estirando la mano para acariciarle la espalda, Mateo sonrió apenado.

—Espero que sea así. Mientras a concentrarse en la escuela que ya estoy investigando para entrar a gastronomía, y barata no es.

—Grandes planes, grandes sacrificios.

—Ni que lo digas, tú te vas de la ciudad... ¿Prometes que hacemos vídeo llamadas para saber de ti?

—En cada oportunidad —afirmó Cristina dándole un abrazo.

—En el futuro pondré mi servicio de banquetes, yo haré la comida, mi mamá los postres y tú nos harás los uniformes.

—¡La mejor idea de la puta vida! Me emociona verte feliz...

»Oye y hablando de felicidad —recordó Cristina pegando las luces—. ¿Crees que a Emilia le guste esto? Orlando le preparó una sorpresa así y no la hizo feliz para nada. Además, no siento que sea algo que Cayetano haría.

Mateo se mordió la mejilla con un gesto dubitativo.

—¿Crees que me excedí? Le dije a Rabo que me luciría... ¿Qué vamos a hacer si no les gusta? Ay, no había pensado en eso.

 ¿Qué vamos a hacer si no les gusta? Ay, no había pensado en eso

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No te pago para que me insultesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora