61) Natalie don't

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—Recuerda que si no quieres hablar del tema no tienes que hacerlo —reconfortó Emili con un gesto tierno—

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—Recuerda que si no quieres hablar del tema no tienes que hacerlo —reconfortó Emili con un gesto tierno—. Pero también recuerda que soy una persona muy chismosa y que no me rindo fácilmente.

—No hay manera de olvidar eso.

—Entonces, ¿en qué estábamos? Ah sí, tu papá te corrió de tu casa, ¿por qué? 

—¡Que directa! A ver... me corrió porque nos peleamos y le pegué. —Emilia abrió los ojos, levantó mucho las cejas y sus labios se separaron sin emitir ruido—. Le pegué porque me pegó. Le quebré la nariz. Luego mi hermana llegó a la cocina donde pasó todo. Imagínate su cara al encontrar a papá sangrando en el suelo y yo de pie con las manos empuñadas. Fue terrible, de ahí el señor se levantó montado en cólera, me quiso pegar, pero Camila no lo dejó, así que literalmente me corrió de su casa, y cito: "Para mí estás muerto, no quiero saber nada de ti, bastardo, ya me cansé de lidiarte".

—¡Carajo, es peor de lo que pensé!

Cayetano asintió con los ojos cerrados, metió la mano a la bolsa de alpiste que estaba tras de sí, y lanzó un puñado a las palomas provocando que el ruido de sus alas rompiera la quietud que no notaban.

—Seguramente te preguntas por qué nos llevábamos tan mal. —Lozada asintió rápido, Tano sonrió y tragó saliva para continuar—. Es una historia larga, incluso pasó antes de que yo naciera. Mis papás se conocieron siendo muy jóvenes, los papás de mi mamá no los querían juntos, no les parecía un buen partido para ella, porque él era mayor. Pero no les importó y se casaron a escondidas. Mis abuelos tomaron por muerta a mi madre porque los desobedeció y ella quedó prácticamente sin familia, ya que ni sus hermanos se atrevieron a buscarla.

»La familia de mi papá siempre quiso a mi madre, le tenían respeto, pero a mi padre le molestaba que su hermano, mi tío, le hablara porque ellos se gustaban antes de que mi mamá empezará a salir con mi papá.

—»Seguro ya te estoy mareando, así que vamos a lo importante: Mi padre la trataba muy mal, le pegaba, no la dejaba trabajar, le hablaba con insultos, le daba órdenes todo el tiempo y por supuesto que ella se cansó, pero no tenía a donde ir. Un día se armó de valor, tomó sus cosas, a mi hermano, y le pidió ayuda a mi tío.

—»Como al mes regresó a vivir con mi papá porque descubrió que estaba embarazada y él le rogó mucho. Pero mi papá empezó a sospechar que ese niño no era de él, aunque las fechas coincidían. Mi mamá le aseguraba que era así, él desconfiaba. Hasta que el niño nace y oh sorpresa, no se parece a su padre, ni a su madre, ni a su hermano, pero sí se parece a su tío. Ese niño soy yo, obviamente —reveló Gracia.

—¡Santo Dios, ¿eres hijo de tu tío?!

—No. Bueno, se supone que no, pero mi papá nunca creyó que fuera así y por eso desquitaba sus frustraciones conmigo. No hablo de una nalgada por desobedecer, no, hablo de estrellarme en la pared porque no lo dejaba pasar. De darme cintarazos porque derrame el agua. De pegarme hasta el cansancio porque lo desperté en su día de descanso.

No te pago para que me insultesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora