Las gemelas Lozada habían llegado al mundo un treinta y uno de octubre a las diez treinta de la noche. A veces su mamá solía bromear diciendo que aquello era un presagio de que serían un par de demonios alocados.
Cada Halloween realizaban una gran fiesta de disfraces en su honor, excepto los últimos años, debido a la enfermedad de Marcela y las bajas calificaciones de Emilia, sus fiestas quedaron suspendidas... Hasta su último semestre de bachillerato:
Tendrían un festejo a lo grande con la temática "infierno", sus padres echarían la casa por la ventana, invitarían a tanta gente como quisieran y por supuesto, Cayetano estaría ahí.
Un día antes de la fiesta, Tano preparó el regalo que le daría "en privado" cuando fuese a verla a su casa, para así no llegar al local cargando un enorme ramo de flores rojas, una caja de chocolates y una caja de llaveros hechos por él. De igual forma, gracias a las pasantías y a los estudios, esa sería la primera vez que se verían fuera de la escuela desde su cita.
No pudieron compartir mucho, le entregó los obsequios en su casa con un abrazo y vieron una película en la sala, comiendo chocolates, platicando de las prácticas y dándose cortos besos cuando se aseguraban de que la familia de Emili no los estaba viendo.
El treinta y uno por la tarde se encontraba alistando los últimos preparativos de su atuendo, sería su primer fiesta de disfraces y también su primer su fiesta "en grande" aunque se cohibía, le alegraba compartir esa situación con sus mejores amigos y por supuesto, con la chica que le gustaba.
Se puso de acuerdo con Mateo para llegar juntos al local y de paso llevar a Cristina con ellos. La fiesta daría lugar en una hacienda lejos de la ciudad, además de que sería obligatorio llevar disfraz. Igual ellos estaban obligados por la cumpleañera a llevar un traje negro sencillo con corbata roja y lentillas rojas porque eran demonios.
—Puto Ramiro, me rompió mis tenis viejos —reclamaba revisando las deportivas con una mano y sosteniendo el teléfono con la otra—. Si no estuviera tan bonito, el sarnoso, no se la perdonaría.
—¿Aún no le sale pelo? —inquirió del otro lado de la línea Mateo.
—Sí, ya se curó. Bien guapo.
—Deja de hablarle de él, es una niña y se llama cebolla.
—Pinche nombre feo, está mejor Ramiro. Beba dijo "Casa puente, lo vas a regalar" y ahora dice: "¿Cómo lo vas a regalar? Primero te vas tú"... me cambió por un perro y al mismo tiempo me robó a mi perro.
»En fin, ¿cómo te va en tus prácticas?
—Soy la verga. Lo bueno: Todas las niñas me tiran la onda. Lo malo: Literalmente son niñas, menores de quince años que me dan miedo y ni siquiera volteo a ver.
—¿Y Emilia no te defiende?
—De hecho sí, ella se encarga de las cuestiones con los alumnos, yo me centro más en las cosas de secretarias: imprimir listas, ingresar datos al sistema, chismear, tomar café, jugar solitario.
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No te pago para que me insultes
Teen FictionLa popular tiene un crush con el nerd de su salón. Ella quiere su total atención y él... ¡Que lo deje en paz porque la odia! *** Cayetano no ha tenido una vida sencilla, es desconfiado y muy hermético, la única compañía que disfruta es la de sus dos...