Emilia caminaba en silencio al lado de Cayetano. Él se concentraba en ver las sombras que formaban en el asfalto y ella ni siquiera podía pronunciar palabra, su interior era un nudo de emociones, pensamiento y recuerdos.
—Cayetano, lo que pasó con tu hermano... ¿Cómo arreglaron eso? Quiero decir, uno no se despierta un día deseándole... eso a su familia. O bueno, ¿en tu caso fue así? Por las drogas. Ay, no sé ni que digo.
—¿Quieres saber si estamos bien? Sí, pero fue cuestión de tiempo. Como dices, no fue algo que pasó de la noche a la mañana. Damián me odiaba. Me pegaba, me corría de los lugares donde él estaba, a veces no me daba comida, todo le molestaba... Él era un adolescente, pasábamos por muchos problemas en casa y bueno, era una cadena de ira. Mi papá le pegaba a todos, mi hermano se desquitaba conmigo... El punto es que estamos bien y Damián se encargó de eso. Hizo todo lo posible para que hubiera confianza y una relación buena. Desde que mi mamá murió, no podíamos sino unirnos o destruirnos. Le di la oportunidad y fue lo mejor que pude hacer.
»Marcela y tú estarán bien. Se nota que son amigas, que se preocupan la una por la otra, solo tienes que esforzarte y controlar esos sentimientos negativos. Lo dice el tipo sin corazón, que irónico. —Soltó una risa sin dejar de ver su sombra, Emili imitó el gesto.
—Me siento triste, culpable, pero no quiero estar en casa hasta que todo esté más... calmado.
—¿Quieres quedarte un rato en mi casa? Podemos ver alguna película.
—¿Me consolarás con amor? Hoy no se me antoja —declaró cruzando los brazos.
—¡Emilia, no te estoy invitando para eso! Solo te invito porque sé que no tienes a dónde ir.
—¡No tengo amigos y nadie me quiere! —lloriqueó dejando caer los brazos, las lágrimas volvieron a brotar y su acompañante la tomó de los hombros sin saber qué decir.
—No, no, no llores, Emilia, cálmate, tienes a Iarely, Mateo, Cristina, a mí. Si tienes amigos, si te quieren. ¡Deja de llorar, verga!
Poco a poco los sollozos se fueron convirtiendo en risas por la desesperación de Cayetano. Mientras la chica se limpiaba el rostro, él suspiraba resignado, imaginando que pasaría la tarde intentando consolarla.
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No te pago para que me insultes
Fiksi RemajaLa popular tiene un crush con el nerd de su salón. Ella quiere su total atención y él... ¡Que lo deje en paz porque la odia! *** Cayetano no ha tenido una vida sencilla, es desconfiado y muy hermético, la única compañía que disfruta es la de sus dos...