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El restaurante era precioso, se notaba que era lujoso ya que, aparte de encontrarse en Figure Eight, la gente que había se notaban que eran gente de dinero, vestían muy formales y con marcas caras. El lugar estaba repleto de mesas con manteles blancos que colgaban levemente por los costados con un pequeño centro de mesa de flores. La iluminación era cálida y se sentía agradable, justo en el centro del gran restaurante un piano, en  aquel momento no había nadie tocándolo pero sin duda le daba ese toque estético de formalidad y ambiente. 

El recepcionista les indicó la mesa que tenían reservada y les acompañó. Estuvieron mirando la carta para pedir. A Rory le pilló algo por sorpresa aquello, ella estaba acostumbrada a comer cualquier cosa, para ella ya era una fiesta el hecho de cenar cualquier comida "basura", le encantaban las noches de pizza y hamburguesas. Al ver los sofisticados platos de la carta no sabía qué escoger. 

-¿Qué es carne de wagu?- preguntó Rory con una mueca de confusión.

Rafe rio levemente ante su expresión,- Es carne de wagyu, es carne de una raza bovina, un tipo de ganado. Te lo sirven con verduras y una salsa riquísima.

-Ah vale,- ella siguió mirando la carta sin éxito.- ¿No hay hamburguesas ni nada por el estilo?

-Cariño aquí hacen otro tipo de comida,- le contestó él, aunque al ver el rostro de Rory de desubicada viendo la carta le rectificó.- aunque si quieres podemos ir al club de golf a por unas hamburguesas no pasa nada.

-No no, no te preocupes, sé que te hacía ilusión traerme aquí. Además la última vez que fuimos allí te comiste la mitad de comida y no quiero repetirlo.- ambos rieron ante el recuerdo.

-En mi defensa diré que se te veía muy entretenida hablando, no pensé que te lo fueras a comer

-Eso no es ni una excusa Rafe- rio ella.

El camarero volvió a la mesa para tomarles nota.

-¿Saben ya que van a pedir?

-Eh si, yo querré una ensalada oriental y una tarta de picantón y verduras.

-¿Y para la bella señorita?- se dirigió hacia Rory, ella lo miró algo confundida ya que todavía no sabía qué pedir, le dedicó una mirada de ayuda a Rafe y él contestó por ella.

-Ella tomará lo mismo que yo, gracias.

El camarero recogió las cartas y se marchó.

-Me ha llamado bella señorita- sonrió ella orgullosa, Rafe la miró con una sonrisa de lado y negaba con la cabeza.

-La próxima vez que se dirija a ti así tendré que recalcarle que eres mi bella señorita.-le sonrió él mientras le cogía de la mano, ella sonrió adorablemente y le miró.

Pasaron el rato charlando hasta que llegó la comida. Eran platos bastante contundentes, Rory prácticamente se llenó con la ensalada oriental ya que llevaba muchos ingredientes diversos y era un plato bastante grande. Rafe se la comió en apenas unos minutos como si nada, esperando ansioso el segundo plato. 

A pesar de conocerse y de haber pasado tanto tiempo juntos, a Rory le seguía fascinando su capacidad para comer, era insaciable. Cada vez que quedaban para comer juntos y preparaban ellos la comida, siempre tenían que calcular las cantidades como si fueran a comer tres o cuatro personas en vez de dos. Rory disfrutaba comiendo y cuando le daba el momento también podía arrasar con lo que pillase, pero no tanto como él. 

Una vez terminaron los platos y se tomaron el postre, siguieron con la siguiente parte de la cita. Rafe la llevó a la playa a ver la luna llena, colocaron una manta de tela blanca sobre la arena frente al mar, se sentaron y disfrutaron la vista. 

A contracorriente || Rafe CameronDonde viven las historias. Descúbrelo ahora