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Rory se despertó por los rayos de sol que entraban en el comedor, ya era de día. Había pasado la noche en el sofá para dejarle a JJ su cama y que descansara mejor, tenía pensado dormir en la cama de su padre pero se quedó dormida viendo la televisión. 

Se levantó con una ligera molestia en la espalda, el sofá era muy agradable para estar un rato viendo alguna película sentado, pero para dormir definitivamente no era nada adecuado. 

Se dispuso a preparar algo de café para ella y cuando se despertara JJ, había pasado mala noche. A parte del dolor de espalda que le dejó el sofá, la inquietud por Rafe no había desaparecido a lo largo de la noche. Se había horas escribiéndole, llamándole e intentando contactar con él, pero su teléfono seguía apagado. 

Aquella misma mañana, cuando JJ se despertase iría a su casa a verle y ha hablar con él. Necesitaba explicárselo todo y decirle que lo de la cena fue un accidente, que ella realmente quería ir pero pasó lo de JJ y se le olvidó todo por completo. 

-Buenos días enana.- apareció JJ sonriente por el pasillo, acercándose a ella para dejarle un beso en la cabeza. 

-Buenos días rubio. - sonrió ella.

-Del uno al diez, ¿ qué tan destrozada sigue mi cara?

-Mmm... Un nueve con sesenta y cinco, tal vez.

-¿Nueve sesenta y cinco?

-Mhm.

-No esta nada mal.- se encogió él de hombros con indiferencia, gesto por el cual la rubia rió. Algo que le gustaba de su amigo era que siempre sabía sacarle la parte divertida a cualquier cosa, y aquello siempre la relajaba. 

-¿Has pensado en qué le vas a decir a Jonh B cuando te vea?

-Le diré la verdad, y rezaré para que no me mate. Pero lo que más me va a costar es oír cómo me dice ese; Te lo dije. - dijo imitándole y Rory rió de nuevo.

-Si no te parece mal podemos salir después de desayunar.

-Claro, ¿vendrás conmigo al Chateau? 

-No, yo iré más tarde. Primero tengo que ir a un sitio.

-¿Irás a ver a Rafe verdad?- la rubia asintió bajando la vista a su vaso. - Oye irá bien, aunque no me guste admitirlo ese capullo te quiere, y te quiere bien. Entenderá lo de ayer, se te pasó lo de la cena por mi culpa y tú sólo querías ayudarme. No pasará nada.

-No Jay, esta vez las cosas estaban delicadas, no me ha contestado los mensajes ni llamadas.

-Es normal que le haya molestado, yo también me enfadaría si me dejaran plantado y no supiera el por qué. No he dicho que no vaya a estar enfadado, pero eso no va a cambiar nada respecto a lo que sienta por ti, no va a influir en su manera de verte ni en lo que tenéis. 

Las palabras del rubio, fueron bastante certeras, y tranquilizaron bastante a Rory, que necesitaba oír aquello y desear que su amigo tuviera razón. 

Mientras tanto, al otro lado de la isla se despertaba cierto ojiazul con una resaca horrible. Soltó un pequeño quejido al abrir los ojos para volver a hundir su cabeza entre las almohadas. Fue unos segundos más tarde de despertarse, cuando las imágenes de la noche anterior se reprodujeron en su cabeza como una película. 

Rory le había dejado plantado, lo tiró todo y se fue al bar del club de golf, allí comenzó a beber y se encontró con Eva.

"Joder, Eva",- pensó él de golpe al recordarla. Se incorporó agitado recordando el resto de la noche. 


-Tal vez sea lo mejor que se termine así, rápido. Así podéis dejar espacio para otras personas, tal vez otras oportunidades. Para encontrar a alguien que sí que valore lo que hay a su lado.- Eva se levantó de su asiento, colocándose justo en frente de Rafe. Apoyó su mano sobre su mejilla, sosteniéndole la mirada bañada en todo el alcohol que habían bebido.- Tal vez ese alguien haya estado más cerca de lo que crees.

A contracorriente || Rafe CameronDonde viven las historias. Descúbrelo ahora