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Habían pasado apenas cinco días desde el encuentro de Barry y Rafe, desde entonces, el kook apenas se separaba de Rory acompañándola a prácticamente todos los sitios dónde iba y estando pendiente de ella a cada rato. No había vuelto a cruzar palabra con Barry desde ese momento, pero aún así él sabía que en el momento en el que Barry decidiera mover ficha iría a por Rory. 

Ella en cambio estaba bastante relejada, no temía por ella misma ni su seguridad por que sabía defenderse ella misma e intentaba mantener bajo control la situación. Lo único que le preocupaba de todo aquello, era que Jj estuviera en problemas o le hubiera pasado algo. 

No hablaron desde el día de la discusión en la fiesta, según Jonh B había pasado un par de veces por el Chateau para llevarse algo de ropa que necesitaba y nada más. Cuando el pecoso intentaba hablar con él, éste simplemente no respondía o le contestaba algo nervioso. JJ solía pagar sus problemas con los demás cuando no podía gestionarlos él mismo, además, tampoco le gustaba hablar de lo que le pasaba, abrirse a los demás era algo que pocas veces hacía ya que él siempre estaba pendiente de los demás, preocupándose de ellos. 

Rory junto con Jonh B, era la única con la que de vez en cuando, se abría y le explicaba como se sentía. Y aunque no lo dijera con palabras, cuando JJ se presentaba en su casa algunas noches después de que su padre le diera una paliza, éste no necesitaba hablar para que ella sintiera todo lo que necesitaba decirle. 

Con Jonh B era diferente, eran como hermanos y estaban muy unidos, pero cuando el pecoso le plantaba cara a JJ marcándole los límites de sus actos, éste saltaba aún más nervioso y era entonces cuando chocaban. Con Rory, el rubio se mantenía siempre en su sitio, sabía que en el momento en el que la rubia le decía las cosas claras realmente tenía que hacerle caso. 

Por eso mismo, aquella mañana Rory decidió ir a buscarle, necesitaba saber que al menos estaba bien e intentar hablar con él. A pesar de lo ocurrido aquella noche y de que lo que le dijo la hirió, sabía que aquello realmente no lo pensaba, fue el momento de la ira. Había estado preocupada por él estos días, y decidió era el momento de dejar a un lado aquello como problema secundario, y centrarse en lo realmente importante. 

Un traficante  amenazándoles por robarle veinticinco mil dólares.

Aquello era surrealista. 

Rory no avisó a Rafe de que iría a casa de JJ a hablar con él, no quería preocuparle y sabía que querría llevarle y traerla de vuelta para asegurarse de que no le pasara nada. Además, después de lo ocurrido sabía que no le haría gracia que fuera a hablar con él. 

Paseó a lo largo del Corte hasta llegar a la casa del rubio, se paró frente a la puerta esperando que estuviera allí y que quisiera hablar con ella, además de rezar para no encontrarse a Luke, su padre. Sabía que era un alcohólico y todo lo que le hacía a su hijo, no le apetecía tener que cruzar palabra con él ni tener que enfrentarse. 

Suspiró hondo, y chocó levemente con los nudillos en la puerta.

Esperó durante unos segundos, pero nadie abría. Volvió a llamar con algo de timidez, no quería parecer demasiado impaciente si realmente había alguien dentro escuchándola, pero nadie contestaba. 

Entonces Rory llamó de nuevo, esta vez algo más fuerte que las dos veces anteriores. Se asomó a una de las ventanas del comedor que estaban justo al lado de la puerta, intentó ver algo desde fuera, distinguir alguna figura que le asegurara que había alguien en casa pero no lograba ver nada, achinó sus ojos para intentar distinguir mejor las siluetas frente a ella en el otro lado del vidrio cuando de repente el ruido de una cerradura abriéndose la alarmó, provocando que diera un pequeño salto sobre su sitio y se colocara frente a la puerta para que no la vieran intentando ver a través de la ventana.

A contracorriente || Rafe CameronDonde viven las historias. Descúbrelo ahora