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Llegamos a casa de Rafe y él me ayudó a subir por las escaleras hasta su cuarto. Fuimos en silencio de no hacer ruido para no despertar a Wheezie. Me metió en su cuarto y cerró la puerta detrás mío. Yo simplemente me dejé caer en su cama. Era bastante cómoda, muy suave y blanda.

-Venga no te tumbes, ven te daré algo para dormir.

Yo resoplé indignada, ya no tenía prácticamente fuerzas para nada, simplemente quería descansar. Pero aún así me incorporé y me acerqué a él que estaba frente a su armario.

-Coge lo que quieras.-me dijo mientras me pasaba un brazo por los hombros.

-Mi sentido de la moda no está precisamente activado ahora mismo, me conformo con una camiseta ancha.

Él sonrió y me extendió una camiseta.-Es mi favorita- y me guiñó un ojo.-Puedes cambiarte en el baño.

-Gracias- y le sonreí mientras entraba en el baño de su cuarto. Me quité el conjunto que llevaba con algo de dificultad, pero lo conseguí. La camiseta de Rafe me quedaba bastante grande, me servía de vestido perfectamente, con lo cual no se me veía nada. Cuando salí, vi que Rafe estaba tumbado en el mini sofá que había frente al ventanal de su cuarto sin camiseta y con un pantalón de chándal gris.

-Te he preparado la cama

-No hace falta es tu casa, dormiré yo en el sofá

-No de eso nada, te encuentras mal y necesitas descansar, estarás mejor allí.

Me quedé mirándole algo molesta, me hacía ilusión pensar que podría dormir con él. Él me miraba sonriente como si se hubiera dado cuenta de que estaba molesta. Entonces decidí echarle del sofá tirandome encima de él. Dejé caer mi cuerpo sobre él con intención de molestarle, pero solo conseguí que se riera.

-¡Fuera del sofá!-le grité indignada

Él me cogió de la cintura y comenzó a hacerme cosquillas. Yo me movía nerviosa pidiéndole entre carcajadas que por favor parase pero no me hacía caso. De dar tantas vueltas intentando escapar de él terminamos cayéndonos ambos al suelo. Por suerte el sofá no estaba muy alto y no nos dimos fuerte contra el suelo. Yo quedé debajo de él, con su mano apoyada debajo de mi cabeza para que no me hiciera daño. Estábamos tan cerca que podía notar su respiración frente a mi cara. Nos quedamos unos segundos intentando recuperar el aliento mirándonos fijamente a los ojos.

-¿Estás bien?-me dijo mientras me acariciaba la cabeza con su mano. Yo simplemente asentí. No me salían las palabras en aquel momento. De repente bajó su mirada a mis labios, y se quedó algo embobado, yo no pude evitarlo y también bajé la vista a sus labios carnosos. De repente fue como si el mundo entero se parase y solo estuviéramos nosotros dos. Estábamos allí tumbados, comiéndonos con la mirada, deseando que alguno de los dos diera el paso. Sintiendo como su pecho desnudo chocaba con el mío por su respiración agitada.

Y entonces, cuando parecía que él iba a decidirse a acercarse a mi, y apenas comenzaban a rozarse nuestros labios, alguien entró de repente en la habitación, provocando que nos girásemos de golpe los dos en dirección a la puerta.

-Joder Rafe, son las tres y media de la mañana, puedes llegar en silenc- apenas acabó la frase mientras abría la puerta la que debería de ser Wheezie. Cuando vio aquella escena de nosotros dos tirados en el suelo comenzó a sonreír divertida. -¿Es tu novia?-dijo mientras me señalaba.

Rafe se levantó de golpe y se dirigió a la puerta.-Venga Wheezie es tarde, ya no haremos más ruido ves a dormir.

-Podrías presentarnos al menos-replicó ella

-¡Buenas noches Wheezie!- le dijo hasta que finalmente cerró la puerta.

-Joder que susto-dije mientras me levantaba del suelo.

A contracorriente || Rafe CameronDonde viven las historias. Descúbrelo ahora