Capítulo 28

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En el entrenamiento del día siguiente, están todos practicando, cuando Ryuzaki-sensei empieza a a hablar.

—¡No podéis estar cansados aún! Como os dije ayer, ya se conoce la alineación del Torneo de Kanto. Nuestro primer rival es el Hyotei, el equipo contra el que perdimos el año pasado—dice en voz alta.

—¿En serio? Nos enfrentamos a Otori al principio—sonríe Aoi muy emocionada.

—Su equipo perdió contra el Fudomine en el Torneo Regional, pero solo contaba con tres de sus titulares oficiales ¡En el torneo de Kanto jugarán con sus mejores miembros!—grita Ryuzaki—Su club cuenta con aproximadamente 200 jugadores y tienen una estricta organización jerárquica. Los titulares que pierden, son reemplazados automáticamente ¡Esa es la política del entrenador! De cualquier forma, será un partido difícil. Tendréis que dar lo mejor de vosotros mismos en ese partido—.

—Que guay, contra el Hyotei—Aoi sonríe—Estoy deseando que empiece el partido.

Unos días después, Tezuka está en el pasillo ya que Fuji le ha pedido algo.

—¿Querías este?—Tezuka le tiende un libro a Fuji.

—Sí, gracias. Ni Oishi, ni Taka-san lo tienen. Me lo llevo yo—mira por encima el libro—Por cierto, Tezuka ¿todavía no se sabe nada? De la alineación contra el Hyotei, quiero decir—. 

—Apuesto a que Ryuzaki-sensei lo está analizando a fondo—Tezuka le responde.

—El chaval que derrotó a Yuuta, se llamaba Jirou ¿No?—pregunta con una mirada seria—Si es posible, me gustaría ser su rival—.

—Piensas demasiado en tu hermano, Fuji—Tezuka le dice—Hasta luego—.

Fuji se ríe y mira a Tezuka marcharse por el pasillo—Tú eres el que menos debería decírmelo, Tezuka. Tú te desvive por tu hermana.—.

Luego Fuji pone una mirada seria—Tezuka, ¿Es correcto que juegues contra ese tal Atobe? Si tu codo izquierdo no está totalmente recuperado...perderás—.

En la noche, Aoi observa a su hermano que está sentado mirado el cielo nocturno mientras está sentado con los pies en el jardín. Ella se sienta sobre su hermano y se acomoda en él.

—Nii-chan, mañana juegas contra Atobe ¿Verdad?—Aoi le indica.

—Sí ¿Por qué preguntas eso?—observa a su hermana y la acomoda sobre él, mientras le acaricia el pelo, como cuando eran pequeños.

—Por nada, Nii-chan. A todo esto ¿Tienes algún plan para derrotarlo?—pregunta algo preocupada.

—No, ya pensaré algo cuando surja. No te preocupes, tu hermano no va a perder—sonríe y Aoi asiente mientras mira el codo izquierdo, pero no dice nada, se queda junto a su hermano mirando el cielo estrellado. Sintiendo que algo malo va a suceder con su hermano y esa espina no se la puede quitar de encima. Sentir su cabello acariciado por su hermano, le provoca un poco de tranquilidad y acaba dormida, en brazos de su  hermano.

Llega el día del partido contra el Hyotei, son las 4:00 AM y está esperando delante de la casa de Kaido, quién baja y la mira.

—Buenos días, Aoi—saluda.

—Hola, Kaoru. Vamos—sonríe—Hoy haremos menos recorrido ya que tienes partido—.

Los dos corren y Aoi piensa en sus cosas. Hacen 20 kilometros y se paran en una fuente a beber agua. Tras eso, se dan la vuelta, corriendo otros 20 kilómetros hasta llegar a la casa de Kaido.

—Nos vemos en un rato, a mí aún me falta 15 kilómetros para llegar a casa—Aoi sonríe y este asiente.

Aoi se marcha y llega a casa, casi a las 6:00. Allí, se ducha y se sienta a desayunar mientras observa a su hermano practicar los swings. Mira su móvil y se pone a chatear en el grupo que tiene.

La dama del tenisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora