Capítulo 68

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Hay tres coches en camino a un camping para pasar el día. En el primero, se encuentran Kunimitsu Tezuka y Shusuke Fuji junto a los padres y el abuelo de los hermanos Tezuka. En el segundo coche, están Yuuta y Aoi conversando junto a los padres de los hermanos Fuji y en el último está Chotaro y Kirihara con los padres de Otori.

Llegan al camping y se bajan del coche.

—¡Al fin, montaña!—Aoi grita emocionada mientras se estira.

—Muchas gracias por invitarme ¡Seguro que lo vamos a pasar muy bien!—Kirihara agradece con una sonrisa.

—Es una tradición que tenemos de venir de camping—sonríe Otori.

—Nos toca ayudar a preparar las cosas—Aoi se marcha para ayudar a las madres a preparar todo. 

—Nosotros vamos ayudar a preparar la lona y la hoguera—Yuuta indica mientras ayuda a preparar las cosas.

—¡Vamos!—Akaya sonríe emocionado—Pero, ¿Dónde están Tezuka-san y Fuji-san?—.

—Explorando los alrededores para saber que lugares son peligrosos por si nos pasa algo, saber encontrarnos enseguida. Una vez nos caímos en un pozo. Otro año, Aoi y Yuuta fueron río abajo, Yuuta y yo fuimos perseguidos por oso...—Otori indica intentado recordar más situaciones.

—También cuando  nos caímos por un terraplén debido a un seísmo—le recuerda Yuuta.

—Sí, sí—Otori asiente con una sonrisa.

—Que peligro...—Kirihara dice asustado.

Tras ayudar y que lleguen los dos de tercer curso, se sientan a pescar con el abuelo Tezuka. Otori y Yuuta lo siguen, solo quedan Akaya y Aoi jugando con una pelota, cada uno a un lado del río.

—¡Venga, Akaya!—Aoi grita y este se la pasa.

—¡Ahí va!—grita.

Juegan mientras ríen y el abuelo Tezuka mira a los que están pescando con él.

—Parece que van acabar espantando a los peces, luego iros a jugar por el monte un rato—pide a Yuuta y Otori.

—Como siempre, no te preocupes—Yuuta dice y Otori asiente con una sonrisa.

—Nosotros ya sabemos que lugares peligrosos hay. Esta vez no hay muchos—Fuji dice con una sonrisa.

—No bajes la guardia, Fuji. Ya sabes que para ellos cualquier lugar es peligroso, incluso el más seguro—Kunimitsu le recuerda.

—Tienes razón—indica Fuji y observan como Akaya se cae al río y encima, Aoi.

—Los peces se espantaron—suspira el sr. Tezuka.

—Ya lo hicieron—Fuji se ríe.

Al final a los cuatro los mandan a jugar al bosque.

—Otra vez a explorar—Aoi dice y Akaya observa como sus amigos se dividen.

—Otori, ayúdame a buscar piedras—pide Aoi—Yuuta, Akaya, os toca palos.

—Sí—dicen y se ponen a buscar.

—¿Por qué tenemos que buscar piedras y palos?—pregunta Akaya.

—Desde la vez que fuimos perseguidos por un oso, hemos aprendido que antes de salir a explorar necesitamos palos y piedras—Otori indica en voz alta.

—Yo me perdí la persecución del oso porque me castigaron—Aoi dice con una carita triste.

Al final acaban separados y Aoi junto a Otori están buscando piedras que sirvan para golpear a animales salvajes o personas malvadas que se encuentren por el bosque.

La dama del tenisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora