Nora Sánchez
<< Porque tú, eres la excepción >>
Me despierto al escuchar sus palabras de nuevo retumbar por mi cabeza y no puedo evitar como una tonta.
¿Soy la excepción a la que deja besar?
Cuando miro al sofá lo encuentro allí, medio sentado medio tumbado con los ojos cerrados, tiene la camiseta desabrochada de los primeros botones y al igual que su pantalón.
Eres tan jodidamente sexy..
Joder. Otra vez. Putas hormonas.
Verlo ahí me provoca que me ponga encima de él y le bese, no puedo evitar que me atrae de una forma que nunca otro hombre me había atraído, solo quiero permanecer encima de su cuerpo, que me devore con sus majestuosas manos..
Aparto la mirada rápidamente cuando veo que está despierto.
Parezco una loca mirándole mientras duerme.
—¿Estás despierta?— su voz suena ronca, recién levantado.
—No hace mucho..— trago saliva. —Hace unos minutos.— agarro las sabanas mientras veo como se acerca a mí. —Pensaba que estaba mi madre, no tú.
—Bueno.. después de una dura batalla conseguí que se marchara a su casa a descansar.— se sienta en un lado de la cama y me mira fijamente. —Yo puedo quedarme y acompañarte.
—Pero a ti los hospitales, es decir.. desde que paso eso de t..— me quedo callada unos segundos. —Olvídalo.
—Desde que mi madre murió.— responde Eros por mí.
—Sí.
—¿Cómo sabes lo de mi miedo al hospital?
—Porque sé muchas cosas sobre ti.— repaso su preciosa cara y sonrío. —Eros Milton.
—¿A caso eres una acosadora o algo así?— no puede evitar reírse.
Tienes una risa perfecta.
Su risa me cautiva y me hace sentir... ¿Feliz?
—No.— me defiendo sonriendo. —En mi defensa diré que llevo siendo años amiga de tu hermana, y he podido aprender cosas de ti.
—¿Cómo cuáles?
—Cómo que no te gusta dormir con la puerta abierta de tu habitación.— me siento sobre la cama y cruzo las piernas. —De mayor quieres ser veterinario porque amas a los animales. Ah si, se me olvidaba.— centro mi mirada en la suya. —Adoras tus ojos porque son del mismo color que los de tú madre.
Eros se mantiene callado, mirándome fijamente, pero hay algo distinto en su mirada.
No es esa mirada distante, fría, arrogante que él siempre mantiene...
—Tengo muchas otras manías.— consigue decir.
—Como que te gusta mucho jugar al fútbol, odias que te traicionen, te encanta ser el centro de atención.— ruedo los ojos riéndome. —si no duermes con tu almohada no eres capaz de dormir, necesitas llamar a tu hermana si estás lejos de ella y siempre hablas con tu madre antes de irte a dormir.
Solo sonríe, mientras me sigue mirando a los ojos sin apartar la mirada.
—Te conozco demasiado bien Eros.
—Yo creía que solo veías la parte mala de mí.
—No te juzgo porque te guste acostarte con muchas chicas.— me encogo de hombros. —Quizá la noche del accidente si lo hice.. estaba cabreada, lo admito.
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Besos en Enero
Romance[Completada] Nora y Eros. Dos adolescentes de completamente mundos distintos; Él un popular insaciable, rudo y que a pesar de tener fama de pica flor, nunca pero nunca ha dejado que ninguna chica bese sus labios. Ella, tan distinta a él. Tan amante...