Capítulo 22

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Eros Milton

Mi respuesta es; No.

Agarro a Nora de la cintura evitando que tropiece con sus propios pies y caiga al suelo.

Echo un vistazo hacia el alrededor pero no alcanzo a ver a sus amigas o a mi hermana.

—Busca a sus amigas.— miro a Liam. —Yo me encargaré de llevarla a casa.

—Está bien.— Liam acepta. —Ten cuidado.

—Siempre lo tengo.

Me coloco a Nora entre mis hombros mientras puedo escuchar su risa contagiosa.

Estupida sonrisa.

Es tan bonita para mis oídos..

No quiero irme a casa.— refunfuña colocando las manos en mis hombros.

—Y a mi me da igual lo que tú quieras.— respondo ante su regaño. —No estás en condiciones de quedarte sola en una discoteca.

—¿Te preocupa lo que puedo pasarme Eros?

Miente.

Mi corazón ignora a mi mente y responde. —Claro que me preocupa.

Consigo sacarla de la discoteca abriéndome paso entre la gente, ando unos metros hasta mi coche y cuando llegamos, le ayudo a subir y le pongo el cinturón.

De camino a su casa es silencio es quien ha tomado el mando, no me incomoda, el mero hecho de que haya silencio entre nosotros es cómodo.

—Eros.

—¿Qué?

—¿Por qué te preocupas por mi?— gira un poco su cuerpo y me mira.

—Eres la amiga de mi hermana, no quiero que te pase nada.

—¿Solo por eso?

—Porque me preocupo por ti.— le miro unos segundo y vuelvo a colocar mi mirada en la carretera.

Se queda callada unos segundos y vuelve a arrancar con sus preguntas.

—¿Eros?

Ruedo los ojos. —Dime Nora.

—¿Por qué no puedes quererme?

Ojalá pudiera.
Ojalá fuera capaz de dejar mis miedos en el pasado y quererla.

Tenso los hombros y Nora lo nota, vuelve a colocarse en el asiento y suspira.

—Yo a ti te quiero.— me confiesa con el corazón entre las manos.

—Entonces estás loca.

—Quizá si lo esté.— se encoge de hombros. —Pero lo que siento por ti no lo había sentido nunca.

—Yo no soy una persona normal Nora.— aprieto las manos en el volante. —Estoy roto.

—Pues déjame unir los trocitos poco a poco.

—No, Nora.

—¿Por qué?— dice mientras mueve las manos.

Por que, por que.

Muchas preguntas sin respuestas.

Oh, claro... se me olvidaba que tienes novia.

—Nora.

—¿Te hace feliz?— puedo notar el temblor en su garganta, quiere llorar.

—No me hagas estas preguntas.

Besos en Enero Donde viven las historias. Descúbrelo ahora