Eros Milton
Respira..
Respira..
Todo pasará.
Con un ramo de flores, acompañado de una tormenta perfecta ante mis pies, me encuentro en la tumba de mi madre.
—Que pena.— aparto el ramo de flores seco y coloco los nuevos. —Ni siquiera se ocupan de hacer su trabajo.— suspiro al ver la situación de las tumbas.
Paso la mano por el nombre tatuado en la lápida y sonrío.
Hola mamá.
—Nora ha entrado en la universidad que siempre ha querido.— comienzo a hablar. —¿Sabes? Los muy capullos se equivocaron y no la aceptaron. Tuve que ir con papá e arreglarlo.— puedo escuchar la voz de mi madre regañándome. —Sí, lo sé, pero ¿Que podía hacer? Ya le he jodido la vida bastante, mamá.
Gotas comienzan a caer sobre mi cuerpo y aún así, me mantengo sentado con las manos sobre su lápida.
—La quiero, mamá.— le confieso derrotado. —Nunca pensé que llegará a querer a alguien como la quiero a ella, daría mi vida por una de sus putas sonrisas.— sonrío. —Rompería bocas si la veo llorar.
En medio de la tormenta, un rayito de luz se cuela entre las nubes negras y llega hasta mis ojos.
Eres tú mamá.
Me estás hablando.
—Sé que siempre has querido esto, que me enamorará de alguna buena chica y fuera feliz y aunque lo soy, me falta tenerla conmigo, durmiendo a mi lado.— aprieto los puños y suelto un suspiro. —Aún así, me conformo con verla venir a casa a ver a Eda, me conformo aunque sea viéndola de lejos.
01:01
Despierto con un frío aterrador, cuando soy consciente me doy cuenta que me he quedado dormido en el cementerio, miro la hora en mi móvil pero es absurdo, habrá muerto hace horas.
Arrastrando los pies como si fuera un zombie salgo de cementerio.
—Sabía que estarías aquí.— escucho su voz y un suspiro de alivio.
—¿Papá?
—Hijo mío.— mi padre se quita la chaqueta de su lujoso traje y la coloca encima de mis hombros. —Me has dado un susto de muerte.
—Me quedé dormido con mamá.— murmuro quitándole importancia.
—Podrías haber avisado, aunque fuera a tu hermana.
—Lo siento.
Los ojos de mi padre se abren como orbitas.
—¿He oído bien?
—Te he dicho que lo siento.— asiento. —La próximo vez avisaré.
Mi padre se queda callado unos segundos, su mirada se ha quitado de la mía y se ha centrado en mi madre, en su lápida.
—¿Quieres entrar?
—¿No te molestaría?— me mira a los ojos.
—Te dejaré a solas con ella. Debes contarle muchas cosas.
Me despido de mi padre y vuelvo a casa lo más rápido posible, el frío se ha colado en mis huesos y siento que si estoy mucho más tiempo en la calle moriré congelado.
Al llegar a casa veo una figura de mujer.
Lili.
¿Otra vez?
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Besos en Enero
Romance[Completada] Nora y Eros. Dos adolescentes de completamente mundos distintos; Él un popular insaciable, rudo y que a pesar de tener fama de pica flor, nunca pero nunca ha dejado que ninguna chica bese sus labios. Ella, tan distinta a él. Tan amante...