[Completada] Nora y Eros.
Dos adolescentes de completamente mundos distintos;
Él un popular insaciable, rudo y que a pesar de tener fama de pica flor, nunca pero nunca ha dejado que ninguna chica bese sus labios.
Ella, tan distinta a él. Tan amante...
El tener que volver a mi ciudad, lugar donde me he criado desde pequeña hace que mi cabeza salga de ese bucle en donde sólo sentía felicidad por todos los rincones más escondidos de mi ser.
Duele, duele el pensar que tengo afrontar la responsabilidad de culpa, de ver frente a frente a Eros y sentir que me muero.
Me falta el aire solo de pensarlo..
Recuerdo pasear por estas calles cogida de su mano, reírnos en las esquinas de los parques y besarnos bajo la luna llena, todo se magnifica, intento dejar aquello atrás, pero el mero echo de saber que él está aquí me mata.
Eros está aquí.
Yo estoy aquí.
¿Como estará?
¿Seguirá igual de guapo? No, seguramente esté más guapo.
Joder. Mierda.
—Mi cabeza va a explotar.— suspiro mientras tapo mis ojos con los dedos de mis manos. —No estoy segura de ir hacia su casa.
—Tienes que ir, Nora.— Kate acaricia mi pelo intentando tranquilizarme.
—Estará allí.
—Puede que no.— se encoge de hombros. —Quizá se ha enterado de que vas y se ha largado con sus amigos.
—No.— me niego y una risa tonta sale de mi interior. —El saber que iré a su casa le habrá dado un voto de confianza para destrozarme físicamente, sabe que le debo una revancha.
—Que retorcida.
—Retorcido es lo que estará maquinando su mente.— murmuro para mis adentros.
Eros Milton
Golpe de realidad.
El saber que Nora va a venir a casa, a mi casa, a cenar con nosotros un nudo se crea en mi garganta que me corta la respiración, las palmas de mis manos sudan y siento mariposas revoloteando en mi estómago.
Relájate. No sientes nada. No es nadie.
Te abandonó.
Te traicionó.
Rompió la promesa.
La noche se apodera del cielo y cuento los minutos que quedan para que la maldita puerta suene y me enfrente a esto, a ella.
Mierda. Que mal sabor de boca.
—Necesito salir de aquí.— respiro más rápido de lo normal. —No puedo estar aquí... no puedo.
Pánico.
Pánico.
Pánico.
¡PÁNICO!
Salgo corriendo por las escaleras sin mirar hacia atrás a pesar de que escucho voces llamar mi nombre, saltando los escalones de tres en tres como si tuviera 50 vidas y me diera igual tropezarme y acabar muerto en el suelo.
Solo quiero salir de aquí.
—¡Eros!— grita Eda asustada. —¿Que pasa?
—Estoy bien. No me sigas.
Cada paso que me acerco hacia la puerta principal recupero el aliento como si hubiera estado debajo del agua más minutos de los necesarios.
Al abrir la puerta mi corazón se paraliza.
Demasiado tarde. Mierda.
Es ella, está aquí.
—Eros...— su voz temblorosa nombra mi nombre.
—Nora.— mantengo mi respiración a raya.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Nota de la autora: hola hola mis lectores. 🫶 el capítulo es corto, lo sé, pero llevaba días sin subir nada y necesitaba que supierais que va a pasar con NEROS, estoy deseando que leáis el próximo capítulo, viene súper calentito.
