Capitulo 13

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eres tan hermosa—
Gabriel la miraba intensamente y recorrió todo el cuerpo de laila quien no lo mostraba, no era la típica chica de usar ropas mostrando todo, más bien siempre andaba en jean camisetas pero tenía una pijama dejando ver sus pequeños pechos y su diminuta cintura provocando que él pase su legua por sus gruesos labios resecos mientras en su cabeza salvaje pasaban muchas imágenes de laila y no solo sexuales, él sentía el terror de laila y eso lo hacía sentirse mejor tenía el control de la situación, cómo él quería.

voy a quitar mi mano de tu boca y no vas a gritar ¿entendido?—

Laila movió su cabeza dándole entender que sí y este despego su mano lentamente, Arturo tenía una batalla interna con su lado salvaje no podía tener el control pero no se iba a dar por vencido, era un tipo de mal carácter pero no iba a tratar a laila menos que una dama y no se iba a permitir que su primera experiencia sexual o de su marca que era algo íntimo su salvajismo lo arruine.

Gabriel miraba a su loba con deseos de devorarla y abrió su boca sacando de esta sus grandes colmillos con la intención de marcarla

—no lo hagas—

Dijo laila tratando de huir del agarre que le tenía Gabriel, este la sostuvo con fuerza por sus dos muñecas haciendo presión hacia el colchón y pasó su lengua suavemente por la clavícula de esta la cual abrió la boca y gimió suavemente haciendo que Gabriel sonría luego la olió por todo el cuello y le susurró al oído

mi loba falta poco para que tu lado salvaje despierte, entonces ese día te haré mía—

Este le gruñó suavemente y lamió la mejilla izquierda de esta

—Arturo, debes tranquilizarte—
Dijo laila hablando suavemente aunque por dentro moriría de miedo la presencia de Arturo la doblegaba y más con su lobo la hacían sucumbir y estar tranquila como si de una orden se tratase

porque no mejor llamarme por mi nombre, Gabriel—
Dijo este cuando laila lo llamo por Arturo quien en ese momento no tenía el control de si mismo

—Ga-Gabriel si, no hagas nada por la cual arturo luego se sienta mal por favor—

En laila crecía la angustia, aun era una niña y no quería ser mordida, no aún.

Arturo ha dejado que lo rechaces y no ha podido conquistarte, yo estoy para hacer lo que él no ha hecho tenerte como te tengo ahora—

Sonrió mostrando sus caninos mirando a laila directo a sus ojos la cual apretó su mandíbula enojada, tal vez no era una loba fuerte pero no se dejaba por nadie y por más feroz que fuera Arturo no iba a permitir que su lobo la trate como el quisiera en un descuido laila le pegó con la rodilla en sus genitales haciendo que esté se despegue con brusquedad lo cual ella aprovechó para intentar correr pero este fue más veloz y la sostuvo por la cintura y pegó su espalda a su pecho

eres muy lista, pero tendrás que hacer más que eso para poder librarte de mi—

solo déjame en paz—

Le gritó laila a los pocos minutos la puerta fue tocada

—¿laila está todo bien—

Gabriel le tapó o la boca y le habló despacio indicándole lo que iba a decir

—si mamá, todo esta bien no te preocupes—

—¿estás segura? te escuche gritar—

—si, solo estaba jugando—

—dúchate y te espero en 20 minutos para el desayuno, nos iremos en dos horas—

La madre de laila se marchó luego de indicarle a su hija lo que haría pero Gabriel no hizo nada hasta que ella no se marchó por completo podía escuchar hasta donde llegaban sus pasos

—¿que le hace pensar a tu madre que te irás de aquí?—

Ella trató de removerse y haciendo fuerza pero este la tenía abrazada a su cuerpo mientras su mandíbula reposaba en la cabeza de ella

—no me quedaré aquí—

Dijo ella sabiendo que eso molestaría más a aquella bestia

que parte de eres mía no entiendes—

Gabriel la cargo y la lanzó a la cama mientras esta forcejeaba con él su piernas estaba abiertas y el se encontraba en medio de esta mientras ambos alientos chocaban y ambos ojos se miraban fijamente desafiándose uno al otro

—te detesto—

Dijo laila de mal humor mientras que Gabriel poseído por su deseo la tenía otra vez tumbada a la cama con ambas manos por encima se su cabeza

yo te quiero—

si me quisieras me respetaras y no me estuvieras aquí encontra de mi voluntad—

Gabriel aclaró sus ojos y sonrió de lado mientras un gruñido leve salió de la boca de este

aunque trates de ocultarlo y quieras negarlo bajo esa actitud rebelde, me amas tanto como yo a ti, tú cuerpo aún no me desea porque en ti no ha despertado tu instinto, pero ese día mi preciosa laila ese gran día estaré esperándote con los brazos abiertos—

Este pegó su cabeza al cuello de esta inhaló el aroma dulzón que desprendía de su piel y de repente Arturo levantó la cabeza respirando profundo con sus ojos verdes abiertos grandemente mirando a laila y quitando su agarre con rapidez de las manos de esta la cual cuando el lo hizo le pegó una cachetada y lo empujó para que se alejara de ella y la dejara respirar.

Arturo no articulaba palabra se quedó viéndola no había reaccionado bien pero habló

—¿no te hizo nada? por favor dime qué no—

El se acercó a ella a pensar de que esta no quería y levantó el su mandíbula revisando que no la haya mordido.

—lo siento laila, estoy tratando de controlar esto pero es difícil, no quiero que pienses que te quiero hacer daño jamás te dañaría serás la reina de mi manada y así siempre te trataré—

Leila iba a hablar pero Arturo no la dejó

—shhh, ya se que me dirás lo mismo, pero es la realidad y no importa que tenga que cruzar el mar para buscarte lo haré si es necesario para hacerte entender que ambos fuimos creados el uno para el otro, no se qué pasó a noche no recuerdo nada pero si te hice sentir mal o pasó algo por la cual hoy quieras odiarme te pido perdón... al final se que serás mía—

Arturo salió de la habitación dejando a laila sin palabras y totalmente confundida era la primera vez que ella y Arturo tenían ese tipo de conversación se sentía extrañamente bien para ella, Arturo se veía más atractivo y hablaba con más madurez, algo dentro de ella se removió y cuando Arturo salió y cerró la puerta camino hacia ella tocó el manubrio y pasó la mano por su cara sentía el sentimiento, ese que trataba de ocultar por el, si lo sentía.

Una Diosa para un beta (contenido para adultos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora