Capítulo 14

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eres totalmente inútil—

Arturo corría por el bosque a gran velocidad esquivando rocas y ramas estaba muy furioso le indignaba no poder controlar a Gabriel del todo, la bestia que había dentro de él y lo hacía sentir inútil

—podrías callarte—

Dijo Arturo frenado de golpe, cualquiera que lo viera hablándose a si mismo diría que estaba loco y mas por su forma tan violenta de gritarse a si mismo

eres débil Arturo, si no hago yo las cosas nunca las harás por ti mismo—

—¿acaso olvidas que somos la misma persona bestia estupida?—

Su bestia empezó a gruñirse a si mismo en desacuerdo con Arturo no entendía porque el era tan débil y no le hacía caso en cuestión de cómo tratar a laila pero Arturo sabía que si le hacía caso a él solo la alejaría más y eso era algo que no se perdonaría y menos después de llegar a su etapa donde su lado salvaje había despertado, sabía que en un momento a él llegaría el celo y no iba a permitirse no estar con ella para cuando pasara, aunque esa no era su prioridad quería pasar tiempo con ella, salir a cenar, a correr poder ayudarla cuando su transformación llegue ayudarla, ese día laila estará agotada y el quiere estar ahí para ella, cuidar de ella.

Arturo siguió en sus asuntos se ejercitó y volvió a casa cuando llegó todos estaban en el comedor listos para desayunar

—buenos días mi hermoso—

Dijo abril levantándose de la mesa y corriendo hacia su hijo, ella se había levantado y fue hasta su habitación pero no lo encontró ahí

—madre buen día—

—¿como te sientes campeón?—

Dijo Deimon mirándolo orgulloso y sin ninguna intención de decirle lo que había pasado la noche anterior

—estoy bien papá—

Arturo no quitaba su mirada de laila quien estaba cabizbaja con un poco de vergüenza y podía sentir la mirada ardiente de Arturo sobre toda ella.

—mamá estoy todo sudado deja y me doy una ducha y vuelvo—

Abril sonrió y besó su mejilla mientras los demás sonreían, solo faltaban naim y Akira quienes no durmieron juntos pero al parecer estaban muy agotados.

Toctoc...

—mmmm buenos días para la princesa más hermosa que existe ¿cómo te sientes hoy?—

Dijo naim abrazando a Akira la cual le saltó en cima cuando este llegó a escondidas a la habitación y solo lo cubría unos pantalones de tela fina dejando visible su dorso y todo su cuerpo delgado pero con fuertes abdominales y brazos los cuales hacían sentir a Akira segura en ellos.

—me siento bien, solo que un poquito extraña—

Dijo está sin mirar a naim, pero recargada en su hombro y esté abrazándola por la cintura y el trasero el una posición bastante peligrosa para un lobo como naim que doblaba su edad por mucho.
Este resopló y trató de despegarse de ella hacía calor y la tela fina de su pijama no ayudaba a que eithan se controlara

—mmm déjame me siento cómoda y caliente—

Esa palabra, solo esa palabra palpitó en lo profundo de su cabeza volviendo sus ojos de color miel y colocando con velocidad a Akira sobre la cama y debajo de él mientras resoplaba haciendo que esta de un respingo mientras que sus dos manos estaban por encima de su cabeza y aquel lobo que trató de reprimirse la mirara fijamente con deseos de poseerla hasta lo más profundo de su ser. Naim pegó sus labios a los de esta en un apasionado beso con hambre soltando una de sus manos y acariciando sutilmente el cuerpo de Akira haciendo que ella sienta contracorriente en todo su cuerpo y su zona pélvica, sus pezones se tornaron duros bajo el cuerpo pesado de naim la cual succionaba la lengua de este y movía su cintura por inercia, su respiración rápida con leves gemidos por la excitación que emanaban ambos cuerpos en su furia por su deseo.

Naim estrujaba su intimidad con la de su amada Akira en un deseo de sentirse satisfecho pero era imposible quería más no solo eso, su mano se deslizó entre la tela delgada del pantalón de la pijama de Akira y esta abrió la boca al sentir como naim la toco suavemente pero quitó su mano y se despegó de ella con prisa

—no no, que estoy haciendo—

Dijo naim echándose el pelo hacia atrás dejando a Akira con el deseo de seguir siendo tocada por él, por su lobo

Naim se sentó en uno de los muebles y se quedó con los ojos cerrados tratando de regular su respiración mientras que Akira se había sentado en la cama no había palabras para describir lo que estaba pasando por su mente, quería y le urgía más, necesitaba más de eso que el le había dado pero ya lo conocía y sabía que si se ponía en ese plan no le haría caso aunque ella le ruegue y todo por ese tonto respeto que él le tiene.
Los minutos pasaron Akira estaba inquieta sentada en la cama mientras que naim aún seguía con los ojos cerrados y llevaba por lo menos una hora así

—naim—

Dijo Akira incómoda por el silencio y por verlo ahí con su Perfecta figura sin poder apreciarla como lo había hecho hacía media hora, naim no respondió y Akira se bajó de la cama y camino hacia él

—¿naim?—

Ella iba a tocar un mechón de su cabello pensó que se había dormido y este la agarro por su muñeca haciendo que ella se asuste y los ojos color miel de naim la miraron fijamente con intensidad atrayéndola hacia el cayendo sobre su regazo otra vez y pegó ambas frente naim empezó a respirar profundo mientras lo olía con desesperación por el cuello y la cabeza y apretaba la espalda de esta queriendo calmar su lado salvaje, Akira se quedó tranquila abrazada al cuello de él y sin más chupo hasta dejar un colorete en el cuello de él pensó que así cualquier mujer que lo vea iba a saber que estaba comprometido.

Naim respiraba profundamente y apretaba contra su ereccion la intimidad de Akira la deseaba a profundidad se había contenido tanto, ella era la luz de sus ojos pero también la única que lo hacía sucumbir y tener ese deseo tan profundo dentro de él.

De la nada echó su cabeza hacia atrás frotó su cara con sus dos manos abrió sus ojos verdes como siempre, Akira observaba cada cosa este la miró

—lo siento princesa, eithan está un poco inquieto, se le hace difícil controlarse cuando te besa o te siente como te sintió hoy—

Akira sonrió y besó la barbilla de él, el la cargó y la colocó en el piso

—dúchate y cámbiate nos están esperando para desayunar—

—te.. te quiero naim—

Le dijo ella tímidamente a lo que él agarró el mentón de esta y besó sus labios suavemente

—te amo Akira—

Ambos estaban cerca de la puerta Akira fue con el hasta esta y al abrirla los ojos de naim y Arturo se encontraron, Arturo gruñó estaba celoso y naim sonrió pero luego se volteó con rapidez su pantalón era de tela fina y su ereccion no lo ayudaba cerró sus ojos con fuerza y se volteó otra vez

—buenos días Arturo, vine a ver cómo seguía Akira ayer estuvo con mucho dolor de cabeza luego de la fiesta—

—mmm si, se nota que viniste a chequear que todo esté en orden—

Dijo Arturo con voz celosa naim salió de la habitación cediéndole el paso a Arturo quien iba para la habitación de su hermana y no pudo contenerse y decir

—y tener una ereccion era parte de chequear que todo esté en orden?—

—es mi chica Arturo, es normal que pase Akira es mi mujer—

—Akira aún es una niña—

—Laila también—

Ambos se gruñeron y Akira salió a tratar de calmar a dichos lobos que amaba.

—¿hey les pasa, naim ve dúchate para que vayamos a desayunar y tú ven entra tenemos que hablar—

Ambos se miraron desafiante y luego naim se marchó dejando a Akira con su hermano.

—hermana, debes tener más cuidado naim es un lobo más mayor que tú, sabes bien que el trata de controlarse pero si no lo ayudas terminará por caer y quien sabe lo que pase—

—pasará lo que tenga que pasar hermano, pero aquí el punto no soy yo eres tú—

Arturo se sentó sobre la cama y empezó a hablar con su hermana sobre lo ocurrido

—¿QUEEEEE, YO LE HICE ESO A LAILA?

Una Diosa para un beta (contenido para adultos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora