Capítulo 33

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—Arturo debes entender que como padre solo quise proteger a laila—
Lo mire y me levante de la silla eran las siete de la mañana
—no me importa cuales hayan sido tus intensiones Kevin, ahora con permiso iré a ver a laila me daré una ducha y volveré aquí necesito empezar mis entrenamientos espero esté listo—
Le di un beso a mi madre en la frente y salí de la cocina dejando a todos confundidos y más a Kevin quien lucia arrepentido pero su sobreprotección solo pudo haber provocado una desgracia.
Subí las escaleras caminé lentamente y entré a mi cuarto ahí vi a laila en su forma humana por suerte la manta la tapaba y no pude ver su desnudez me senté a su lado y pase mi mano por su cabeza pero no despertó a lo que caminé hacia el baño y me di una ducha con agua helada lo necesitaba salí y seque mi cabello con una toalla mientras otra estaba en mi cintura mis pies estaban descalzos mientras secaba mi cabello pude ver cómo laila empezó a moverse así que caminé y me senté en la cama a su lado cuando abrió sus ojos lentamente y me vio se lanzó sobre mi abrazándome
—¿estás bien?—
Dijo con dolor en sus palabras, la abracé también este era el abrazo más necesitado de toda mi vida
—lo siento no sabía...—
—tranquila no pasa nada lo importante es que te encontré y estás bien—
Acaricie su espalda suavemente su cabello estaba en mis fosas nasales y su aroma me envolvía y la apreté más a mi con ganas de fundirme con ella hasta que le escuche gemir un poco creo que la había apretado más de lo normal
—lo siento no quise hacerte daño—
—descuida—
Respondió se despegó de mi y empezó a juguetear con sus dedos, estaba nerviosa
—laila—
Levante su mentón y sus ojos marrones me miraron
—¿por qué te escapaste de casa y no esperaste a que te trajeran aquí?—
Volvió a bajar su cabeza y cambió su semblante
—no lo sé, la desesperación de saber que estabas mal me volvió loca y solo se que llegue al bosque pero ya no sé qué más ocurrió después de ahí—
Me parecía curioso laila no recordaba a qué su parte salvaje había salido a la luz
—¿no recuerdas nada?—
—¿debo recordar algo más?
Me pare de la cama cubrió su cuerpo con la manta hasta su cuello
—laila te encontré en tu forma animal en medio del bosque—
Se quedó pensativa y en voz baja la pude escuchar decir
—¿me encontraste?—
MÍA—
Gruñó gabriel pero solo ella lo podía escuchar se sobre saltó dando un brinco en la cama y me miro me acerqué a ella y le di un beso en la comisura de sus labios ella abrió un poco la boca pero me separé de ella
—me daré una ducha, cuando termine de cambiarme iré a entrenar pediré que te suban desayuno—
—pero... te acabas de duchar—
Dijo con timidez sonreí y le respondí
—he sufrido un accidente—
Y entre al baño sin decir más nada.

Me había cambiando en el baño salí y encontré laila  leyendo un libro de los que adornaban una pequeña mesa que había al lado de mi cama nos miramos fijamente yo tenía ropa deportiva listo para entrenar hasta no poder más.
Cerró el libro y me miró sabía que tenía algo que decirme
—ammm ¿por qué me trajiste a esta habitación y no a la que había ocupado antes?—
La mire negué con la cabeza y le respondí
—iré abajo, ya mismo mando a que te preparen el desayuno—
Y salí sin más, no iba a discutir con ella en lo absoluto, caminé por el pasillo y baje las escaleras con velocidad entre al despacho y ahí se encontraba mi padre junto a Kevin quien lucia muy cansado
—¿estás seguro que quieres entrenar hoy?—
Me dijo lo mire y tome asiento, una de las muchachas del servicio se encontraba en el despacho y aproveché para mandarle a preparar desayuno a laila
—quiero que le lleven el desayuno a laila, se encuentra en mi habitación—
Kevin gruñó pero me hice el desentendido y lo ignoré no estaba para dramas de padre celoso, mi madre entró y me dio un beso en la cabeza y se sentó al lado de mi padre entregándole un jugo de naranja recién exprimido como tanto le gustaba a él
—todo lo qué haces es maravilloso—
Dijo el dándole un beso en la frente y en los labios.

Teníamos ya media hora chequeando papeles ya eran las 10 de la mañana la puerta fue abierta de golpe cuando miramos había una Akira mirándome con los ojos bañados en lágrimas la cual corrió hacia a mi
—¡Arturo! Lo siento tanto todo fue mi culpa, no tenía idea de que esto te haría...—
—sshhhhh, hey para nada es tu culpa solo me querías ayudar a ser mejor—
Mi hermana estaba encima de mi abrazada a mi cuello y no dejaba de repetir que lo sentía demasiado
Mire hacia la puerta y vi a naim recostado del marco de la puerta mirando a Akira sin despegar su mirada de ella, ella levantó su cabeza y lo miró sus ojos estaban rojos y su nariz por igual
—que haces ahí ven acá—
Dijo ella el camino como perro obedeciendo a su dueña
—me alegra bastante que estés bien Arturo—
Asentí con la cabeza y le di un beso a mi hermana pude sentir su ira su olor a lobo molesto
—ningún hombre te amara más que yo Akira jamás—
Y ese fue el detonante para que naim gruñera más fuerte
—¿no crees que te estás equivocando? Entiendo que acabas de despertar pero no me importaría romperte cada hueso y ponerte a dormir otra semana más—
Todo miraron a naim a la cual sólo sonreí y le dije
—desperté hacer 7 horas para ser exactos, y si quieres si podemos ir allá afuera y ver quien pone a dormir a quien—
Mi papá nos miró acusatoriamente
—naim, Arturo—
Gruñó, mi mamá solo pasó la mano por su cara mientras que Kevin negaba con la cabeza
—basta por favor, a ambos los amo con todo mi corazón tú Arturo eres mi hermano y te amo con el amor más puro que podría existir—
Luego miró a naim quien tenía su mandíbula tensa
—y a ti naim te amo desde antes de conocerte, te amo con mi alma, con mi vida, con mi cuerpo quiero pasar el resto de mis días contigo y jamás haría nada para lastimar tu corazón ni tú alma—
Akira se bajo de mis piernas y abrazó a naim por la cintura y el la abrazó también
—te amo tanto pequeña diosa—
—basta de estupideces quiero entrenar—
Dije con voz fría y aguda parándome de mi asiento
—Pero apenas tienes horas despierto—
Dijo Akira mirándome un tanto incómoda o más bien enojada
—tu hermana tiene razón hijo mío sería mejor que el doctor venga te chequee y nos diga si estás en condiciones para entrenar desde ya, tuviste una fuerte recaída—
Mi madre me hablo la mire respire profundo y sonreí un poco
—lo que ordene usted madre preciosa, llamen al doctor desde ya, mientras más rápido termine esto más rápido podré entrenar—
Salí del despacho sin mirar atrás me sentía bien no había fallos en mi pero seguían insistiendo con eso de que había que darme un chequeo, al salir del despacho Justo venía entrando linda con desesperación y escoltada por uno de nuestros lobos y freno de golpe cuando me vio
—Arturo... me alegra saber que has despertado—
Asentí con la cabeza sin despegar mi mirada de ella y crucé mis brazos en mi pecho los cuales aún eran un poco delgados
—¿cómo está mi hija? ¿No se lastimó?—
Me pregunto angustiada mirando hacia las escaleras
—hmmm, a ver laila...—
—madre—
Mire hacia las escaleras y laila venía bajando las escaleras con lentitud su cabello estaba despeinado en un moño envuelto y tenía un vestido color pastel ceñido a su cuerpo linda corrió hacia su hija
—lo siento mi pequeña jamás quise ponerte en peligro debí decirte la verdad desde un principio yo...-
Laila se acercó a ella y la abrazó
—no te preocupes madre todo está en orden, Arturo ya despertó y todo volverá a la normalidad—
Carraspee con mi garganta para llamar la atención de ambas y dejar algo claro, sabía que esto detonaría otra pequeña guerra entre laila y yo pero ya estaba bueno de tregua, seguía con mis brazos cruzados
—me hace muy feliz que estén juntas y es algo muy bonito aprovechen este momento—
Laila me miró sin entender y levantó las cejas en busca de más respuestas
—pero como verán la estupidez de ustedes provoco que laila corriera peligro y es algo que no les voy a perdonar tan facil a Kevin y a ti linda así que desde hoy dejo claro que laila de esta casa no se mueve a menos que sea conmigo—
Pude ver sus caras descompuestas laila me miró fijamente
—¿de que hablas Arturo?—
Respondió ella con autoridad sin llegar a alterarse como siempre lo hace
—lo que acabas de escuchar, ya lo he hablado con tu padre y está de acuerdo aunque pensándolo bien, este de acuerdo o no, no me importa tú no pones un pie fuera de las rejas de esta mansión sin mi consentimiento—
Caminé directo a la puerta para salir a tomar un poco de aire pude escuchar los pasos descalzos de laila detrás mío
—hey, ¿Arturo espera podemos hablar?—
—caminar descalza solo te lastimará—
—¿podrías parar?—
Me detuve y  retrocedió un poco ya que no tenía buena cara
—se que mi mis padre se equivocaron y tal vez solo por cuidarme actu...—
—ESO NO SE LLAMA CUIDARTE SOLO PROVOCARON DESPERTAR TU PARTE SALVAJE ANTES DE TIEMPO, simplemente te alejaron de mi al no decirte mi situación tal vez si hubieras venido antes mi recuperación había sido más rápida pero no estabas y cuando sentí que estabas mal y en peligro mi lobo despertó—
El viento soplaba y su cabello volaba mientras me miraba sin pestañear, por primera vez no la escuche gritarme que le estaba dando órdenes o que ya estaba cansada de mi
—¿podré visitar a mi madre cada vez que quiera?—
Creo que me lleve una sorpresa, quien era esta laila que estaba empezando a aceptar que su lugar era a mi lado ¿será que sintió miedo de perderme o simplemente ya está resignada?
Sea cual sea prefiero que sea así que entienda cuando le hablo y que no empiece a protestar
—necesito saber...por favor—
Justo como la necesitaba sumisa y sin discutir la tome de la muñeca y caminé hacia adentro de la casa directo al despacho, al abrir la puerta estaba linda llorando en brazos de kevin todos nos miraron y laila podría decir que quería esconderse detrás de mi
—familia me alegra que estamos todos juntos, se que todos no están enterados pero quiero aclarar que desde hoy que laila será aún más parte de nosotros porque ya se quedará a vivir aquí—
Mientras hablaba veía las caras de todos, mi madre tenía su rostro normal, mi padre tenía su cabeza recostada de su puño Akira tenía los ojos muy abiertos y naim me miraba y luego a los postres de laila los cuales me miraban como si quisiera desgarrarme
—Arturo, habías dicho...—
Dijo Akira con el fin de tal vez convencerme de que cambiará de opinión pero esta vez sería distinto sólo yo tomaría mis decisiones sin ayuda de nadie
—exactamente hermana había dicho, incluso había un tratado de paz pero eso acabó en el momento que sus padres la descuidaron y la engañaron respecto a mi situación solo para que ella no esté mal ¿pero y yo? ¿No se les ocurrió qué tal vez si ella estaba a mi lado iba a recuperarme más rápido? ¿Que la necesitaba conmigo?—
Akira miró a Kevin y a linda sorprendida y su cara cambió a enojo una pequeña arruga como a mi madre se le formó en la frente
—¿en serio? ¿No le dijeron a laila sobre la situación de mi hermano? ¿Saben que eso es una falta de respeto, están consciente? Que no apliquemos nuestras leyes por consideración no significa que tienen derecho a actuar de tal manera Arturo aún no es alfa pero lo será y desde ahora tienen que darle el respeto debido, esta acción cometida por ustedes es imperdonable y más viniendo de ti kevin que lo sabes y eres el segundo jefe a cargo en la manada—
Todos miraron a mi hermana con sorpresa Akira la que nunca hablaba o no daba opiniones saco las garras pero es que cuando se trataba de mi ella no se permitía ninguna acción extraña. Kevin tenía su cabeza baja y linda por igual
—no culpen a linda ella siempre quiso decir la verdad pero yo insistía que no lo hiciera te veía a ti Akira llorar desconsoladamente y no quería ver a Laila así nunca lo hice con la intención retorcida creo que actúe como padre desesperado y no medí las consecuencias—
Sonreí de lado y pude ver cómo laila limpiaba lágrimas silenciosas que bajan por su rostro
—no tienes porque llorar a mi lado serás muy feliz—
Gabriel le había hablado solo ella la cual me miró y asintió
—te amo Akira eres la mejor hermana del mundo, y respecto a este tema que espero hoy sea la última vez que se toque, laila podrá ver a su madre cada vez que quiera siempre y cuando yo pueda acompañarla—
No dije nada más aún tenía su muñeca agarrada con un poco de fuerza pero sin lastimarla la puerta del despacho fue abierta el doctor venía entrando y se sorprendió al verme solté la mano de Laila la cual fue corriendo hacia sus padres
—alfas, luna—
Dijo el doctor haciendo reverencia
—como es que usted ya despertó su diagnóstico era para la próxima semana—
—el peligro despierta a cualquier lobo—
El asintió son hacer más preguntas y me dijo que lo acompañara mire a laila
—acompáñame—
—puedo...—
—AHORA—
Le hablé un poco duro, pero no me iba a permitir más malcriadezas de parte de ella ahora tendría que adaptarse a mi y estar a mi lado las veces que la necesite y eso significa siempre.
Se paró con prisa no mire a los demás pero se que sus padres en este momento me odian lo bueno es que el sentimiento es casi mutuo la tome de la mano y salí del despacho junto a ella y el doctor caminamos despacio esta tensa el doctor abrió la puerta le di el paso a ella y luego entre yo entrando por último el doctor
—bien señor Arturo, quítese la camisa y tome asiento-
El doctor empezó a sacar algunos aparatos de su botiquín laila se sentó frente a mi no me miraba creo que se sentía intimidad al ver cómo me desvestía para la revisión del doctor
—laila no es como si no me has visto el dorso antes—
Le dije con una sonrisa pícara sus mejillas se volvieron coloradas podría ser dura pero era muy tímida
—es tan sexy laila—
Mire a laila con rapidez y la vi sobre saltarse buscando la voz que le había hablado y chocamos miradas no pude evitar sonreír
—ya lo sé hermosa—
Le dije en tono pícaro el doctor no prestaba asunto a nosotros
—yo no dije eso es es...—
—sshhhh esto será mejor de lo que pensé—
Dije dándole una mirada seductora el doctor se acercó
—recuéstese por favor—
Así hice y empezó colocarme algo de metal un tanto frío en mi pecho
—mmmm muy bien el corazón esta latiendo Perfectamente, veamos dese la vuelta mmmmm riñones en buen estado—
—¿puedo entrenar desde ya doctor?—
Laila se levantó y se acercó
—si señor Arturo puede entrenar así verificamos si no hay efectos secundarios ya puede colocarse la camisa—
Laila iba a volver a sentarse y la detuve sosteniéndola por su muñeca
—¿estás preocupada?—
Su cabello caía en su frente y lo coloqué por su oreja y acaricié sus mejillas
—eres un tan preciosa y tan mía—
Me miró con intensidad y lamió sus labios estaba apunto de darle un beso cuando la puerta fue tocada
—pase—
—doctor ¿todo anda bien con mi bebé?—
Era mi madre quien venía entrando y arruinó mi momento tan deseado laila aprovecho mi distracción y se separó de mi
—si todo esta bien madre puedo incluso entrenarme hoy mismo—
Mi madre frunció el ceño miró a laila y le sonrió
—laila ven conmigo a la cocina y hablamos un rato hijo espero no te moleste—
Sonreí me gustaba esto
—siempre y cuando esté contigo estoy confiado anda pásenla bien yo iré entrenar con Kevin y naim—
Mi madre salió de la habitación con laila que salió con rapidez y termine de ponerme la camiseta cuando iba a salir el doctor me detuvo y me dijo
—señor Arturo hay unos que otros cambios en su cuerpo—
Fruncí el ceño y termine de salir.



——sshhhh esto será mejor de lo que pensé—Dije dándole una mirada seductora el doctor se acercó —recuéstese por favor—Así hice y empezó colocarme algo de metal un tanto frío en mi pecho —mmmm muy bien el corazón esta latiendo Perfectamente, veamos ...

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