10. Los Barnes

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—Bueno, sé que haces cosas muy estúpidas, pero definitivamente ésta es la más grande que has hecho Steve Rogers. -dice Romanoff con negando con la cabeza.

—Ya sé Nat, no tienes porque seguírmelo recordando, es la cuarta vez que lo haces en 5 minutos.

—Es que no lo entiendo Steve, si lo amas también ¿por qué carajos no se lo dices?

—¿Crees que no he querido decírselo? Nat todo esto es muy nuevo para mi, siempre habíamos sido mejores amigos y él de repente hace que mi mente se revuelva. Ni siquiera sé si estoy haciendo lo correcto. -pasa las manos por su rostro frustrado.

—A ver Steve, ambos sabemos cómo piensan los demás idiotas de allá afuera, pero seamos honestos, eso no va a cambiar nunca. Deja de preocuparte por eso, su secreto no va a salir de aquí, así que si decides estar con Barnes sabes que los apoyaré y no saldrá nada de mi boca.

—Gracias Nat. -le sonríe a Natasha con agradecimiento- Pero es que agh estúpido Bucky Barnes, ¿por qué tenía que besarme?

—Jamás me dijiste cómo fue que te besó, es decir, me contaste cómo se confeso ante ti, pero no me platicaste del beso.

—Solo estábamos conversando mientras lo curaba en la bañera el día en que le robaron regresando a casa y de la nada se me salió decir algo que creo que activó algo en su cerebro o algo así. -dice el rubio desviando la mirada.

— ¿Qué le dijiste exactamente Steve?

—Le dije que... era mi, bueno emm, y-yo, bueno m-mi, agh es difícil. -Steve suspira y decide finalmente confesar- Quizás le dije que era ¿"mi Bucky"? -sus mejillas se sonrojan de solo pronunciarlo.

—Oh Dios, ¡Steve Rogers es un jodido cursi! -Natasha grita emocionada y suelta una carcajada por la frase melosa de su amigo- Pero definitivamente parece que hay algo que no has notado sobre James, Steve.

— ¿Qué cosa?

—Bueno... Barnes suele ser muy honesto es las situaciones menos apropiadas. Creo que a veces llega un punto en el que alcanzas a tocar la fibra más sensible de él y puede hacerlo decir cosas realmente reveladoras.

— ¿Cómo sabes eso? -pregunta Rogers con curiosidad.

—Verás, no es por querer quitarte a tu hombre ni nada, -Steve rueda los ojos- pero cuando éramos niños y me confesó que estaba enamorado de mí, fue después de que su padre lo castigara y no lo dejara ir a tu fiesta de cumpleaños. Ese día lo estaba consolando mientras hablábamos en la puerta de su casa sobre como le había gritado y minutos después ya me había dicho que sentía algo por mí. -niega con desaprobación la pelirroja.

—Recuerdo ese cumpleaños. -el rubio tuerce los labios al recordar aquel día- Fue mi primer cumpleaños sin Bucky y mamá y yo tuvimos que acabarnos todo el pastel entre los dos. -suspira con nostalgia- Bucky se escabulló de su casa a media noche y vino a traerme mi obsequio, me explicó todo el rollo que había pasado con su padre y me contó emocionado que ahora tenía una novia. -sonríe levemente al recordar la emoción de su amigo aquel día.

— ¿Será que por eso el idiota siempre se hace líos planeando tu cumpleaños? -se burla al acordarse de como Bucky todos los años acude a ella desesperado por algunas ideas para el cumpleaños del rubio.

—Puede ser. Siempre trata de hacerme algo diferente cada año. -baja la mirada con una sonrisa tímida.

—Steve, si supieras cuántas veces no escuché sobre ti cuando estábamos juntos. -le toma la mano al rubio- Ese brillo que siempre ha tenido en los ojos cuando habla de ti es único. Cuando James me dijo que estaba enamorado de ti se veía tan asustado, le dije que lo que sentía por ti era lo más normal del mundo aunque siempre le hayan hecho pensar lo contrario. Supongo que sabes que la mayor parte del tiempo se guarda lo que siente para no preocuparte, ese día debió ser muy fuerte para él y tú fuiste lo único que lo mantuvo de pie, y bueno, no pudo evitarlo.

Cornelia Street | StuckyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora