19. Querido Steve

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El lodo se mete entre las botas de los soldados, el olor a carne putrefacta es asqueroso y se esparce por el aire, la sangre es derramada a chorros sobre el suelo y el sonido estruendoso de las granadas y disparos amenazan con dejarlo sordo.

Esa es la vida de Bucky Barnes desde hace un mes.

Las trincheras son su hogar y el único lugar donde puede sentirse a salvo por ahora. Necesita quedarse despierto un rato ya que él al igual que otros sargentos de su escuadrón, deben de hacer guardia durante la noche esperando no ser atacados por algún alemán.

La noche lo pone sensible y nostálgico como el infierno y odia que esos sentimientos se apoderaran de él en los momentos que tiene que ser fuerte para sobrevivir.

Pero es humano, los humanos nos sentimos así cuando la soledad y el sentimiento de extrañar nuestro verdadero hogar pueden más que nosotros.

La pequeña fogata que han armado los mantiene un poco cálidos debido a que el frío del anochecer es mucho más, y Bucky no puede evitar pensar en la soledad de su trinchera sobre aquel chico rubio de ojos azules claro y sonrisa perfecta que le ha robado el corazón.

Los Comandos Aulladores se encuentran comiendo alguno que otro alimento, fumando algún cigarrillo o tan solo durmiendo en la tranquilidad de la noche.

Dugan le ha dicho que le intercambia el lugar por unas horas, pero se ha negado con el propósito de escribirle a Steve por tercera vez en el mes.

Jacques sospecha que Barnes tiene un amorío en Brooklyn al igual que los demás comandos, pero nunca le han hablado al respecto ya que saben que James es reservado con esos temas.

— ¿Estás seguro que no quieres dormir un rato, Bucky? -le pregunta Dugan a Bucky con cierta preocupación en el rostro.

—Estoy bien Dum, te tomaré la palabra mañana, pero hoy debo hacer algo primero.

— ¿Le vas a escribir de nuevo a esa chica tuya, Barnes? -bromea Jacques dándole una calada a su cigarrillo.

—No es de su incumbencia. -aclara seriamente por unos momentos pero luego suspira avergonzado por el tono en el que se dirigió a sus colegas- Lo siento, es solo que no me gusta hablar de estas cosas con ustedes, chicos.

—Lo entendemos sarge, descuida, solo no nos mires como si fueras a dispararnos con la mirada por favor. -dice Gabe alzando las manos en forma de rendición.

—No lo haré más -ríe apenado- pero ahora vayan a dormir, los veré en la mañana y solo estén algo alertas, ¿quieren?

—Como usted diga sargento. -concluye Dugan con una sonrisa.

Jacques, Dugan y Gabe vuelven a donde se encuentran los demás comandos y cuando Bucky por fin nota que se han ido, la inspiración para escribir comienza a rondar por su cabeza.

Mientras escribe la introducción piensa en los Maximoff un momento. ¿Wanda se encontrará bien? ¿Lo habrá reemplazado mientras no está? ¿Le devolverá su empleo cuando regrese a Nueva York?

Es claro que las preocupaciones nunca dejan de aterrizar sobre su mente cuando escribe, así que escribe más con el propósito de despejar un poco sus dudas.

Es algo raro que Steve no le haya respondido aún ninguna carta y eso empieza a preocuparle un poco también. ¿Y si encontró a alguien mejor que él? ¿Y si enfermó de gravedad y está en el hospital? ¿Y si ya no lo ama?

Ese tipo de pensamientos le forman un nudo en la garganta y una punzada de dolor en el corazón. Quisiera saber con todas sus fuerzas porqué Steve no se ha dado a la tarea de contestar sus mensajes por más irrelevantes que sean, lo extraña demasiado.

Cuando finalmente acaba la carta, la envuelve en un pequeño sobre que tiene en su mochila y coloca algunas estampillas que le dieron en la oficina del ejército hace un mes atrás porque le dijo a la recepcionista que las necesitaría para estad en comunicación con su "hermano menor".

Termina de sellar la carta y la guarda en su bolsillo derecho para mandarla a la mañana siguiente.

El Sol aún permanece oculto entre la noche estrellada y las primeras lágrimas recorren las mejillas de Bucky mientras admira la Luna en silencio y hace su guardia nocturna, le ruega a Dios que en casa todos estén bien, que su Steve esté a salvo y que lo siga amando cuando regrese.

Querido Steve.

Ha pasado casi un mes y no sé nada de ti y eso me tiene realmente abrumado. ¿Te encuentras bien? ¿Estás aún molesto porque me fui? ¿Es por lo de Carly antes de irme en la estación?

No sé porqué te has empecinado en no responderme, pero quiero que sepas que esperaré tu respuesta así me llegue semanas después.

Bueno, empiezo por lo básico, espero y sepas que te extraño como no tienes idea y que este lugar es el lugar más aterrador en el que he estado jamás.

¿Te acuerdas cuando te decía que yo no le temía a la guerra? Bueno, te mentí, le temo y mucho.

He visto cosas horribles, Steve. Cosas que tu gran y necio cerebro no pueden ni siquiera imaginar. Estoy solo aquí en mi trinchera escribiéndote esta patética carta en lo que quizás son las 4 de la madrugada y presiento que tal vez mañana no pueda enfocar para disparar correctamente por la falta de sueño. Hace un frío de mierda y creo que solo me quedan dos galletas y una botella de agua para desayunar, comer y cenar en dos días.

Esta no es la patriótica vida que quería vivir y sé que si vieras lo que yo he visto en este mes, ni siquiera te hubieras tomado la molestia en enlistarte.

Estoy tan asustado de que no vuelva a verte, a abrazarte, a verte dibujar, a saborear tus guisos, a besarte, a hacerte mío... en fin, estoy asustado de que puede que no regrese a ti.

Sé que te lo dije muchas veces pero siento que necesito decírtelo más: cuídate y quédate con la esperanza de que regrese contigo, es lo único que te pido. No hagas nada estúpido y por favor obedece a Wanda en cualquier cosa que te diga porque sabes que siempre tiene razón.

No seas testarudo y trates de venir a buscarme porque nada bueno saldrá de eso. Tú y yo sabemos que la cárcel es el último lugar donde quiero encontrarte cuando vaya a Brooklyn de nuevo.

No sabes cuánto extraño abrazarte en las mañanas y verte a mi lado al despertar, es algo por lo que daría todo por tener en estos momentos. Extraño tus besos torpes, tu cabello desordenado, tus dibujos regados en la sala, tus caras cuando pruebas algo que cocinaste y no te agrada, los trozos de periódico que usas en los zapatos para estar más alto, tu risa escandalosa cuando digo alguna estupidez... extraño cada parte de ti que me duele tenerte tan lejos.

Pero lo prefiero así, que estés lejos y seguro, fuera de peligro de esta espantosa guerra y con los brazos abiertos para recibirme para cuando vuelva a casa.

Por favor, sigue cuidándote y cuida a Wanda también. En cuánto puedas avísame cómo está ella también y si sigue teniendo un lugar para mi en su local. Responde mis mensajes para estar más tranquilo , por favor.

Te amo con todo lo que tengo, Steve. Espérame, volveré pronto a casa, lo prometo.

Por siempre tuyo, Bucky Barnes.










¿Lloraron? Porque yo si mientras escribía la carta de Bucky 😫. Para mi es un headcanon el que Bucky le escribía a Steve mientras estaba en la guerra, pero bueno, Marvel no me quiso hacer feliz 😀.

Espero y les haya gustado el capítulo y por favor comenten y voten para continuar escribiendo <3

¡Nos leemos pronto!
—stuckyftlarry

Cornelia Street | StuckyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora