20. Tic, tac, guerra

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Aclaración: [Este capítulo ocurre antes que el anterior, solo que los subí en este orden porque esto aclara parte del capítulo pasado y ahora la historia se dividirá en dos partes ya que serán dos perspectivas distintas.

Sin más por decir, disfruten el capítulo :) ]

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Son las 3 de la tarde y Steve ha regresado temprano a casa de la editorial. Ha pasado una semana desde que Bucky se fue y como si ese suceso fuera tinta oscura, el mundo de Steve Rogers se tiñó de negro.

El silencio sepulcral lo golpea de nuevo en el corazón como si ese fuera el recordatorio más evidente de que el "cálido hogar" que ambos habían construido, está incompleto y rodeado de tristeza.

Las labores domésticas del hogar son algo problemáticas para él ahora que tiene que hacer todo por su cuenta, pero de ninguna manera le pediría más ayuda a Wanda de la que ya le ofrecía.

Wanda se encarga de hacer la comida mientras no está en el trabajo y eso lo hace sentirse un poco culpable, pero si le insistiera en que dejara de ayudarlo, seguramente le daría una reprimenda como las que su madre le daba.

Natasha es solidaria también y cuando no tiene muchas alumnas de ballet en la academia de arte o algún recital, lo acompaña a la hora de la comida o incluso lo lleva a distraerse a algún lugar, pero Steve al ser un pensador excesivo casi nunca se divierte.

La palabra "Bucky" parece que es lo único que gira alrededor de su cabeza y cada vez que se sienta en la paz del comedor del departamento, las palabras de doctor Erskine las escucha una y otra vez en su mente.

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—Los exámenes no son lo que me interesa, son los cinco intentos. Pero no ha aclarado mi duda, ¿le gustaría aniquilar nazis? -pregunta Abraham cerrando el expediente médico con seriedad y parándose frente a Rogers.

— ¿Es una prueba? -pregunta Steve tímidamente.

—Si.

El silencio se hace presente en la conversación, y Steve suspira un poco antes de responder.

—No quiero aniquilar a nadie. Odio a los abusivos, sean de donde sean.

—Pues en esta guerra, ya hay muchos hombres fuertes, podríamos requerir a alguien distinto. Le ofrezco una oportunidad, tan solo eso. -plantea Erskine saliendo del cubículo de revisiones junto a Steve.

Steve está apunto de aceptarla, pero entonces las últimas palabras de Bucky aparecen en su conciencia.

—Yo... ¿podría darme un tiempo para pensarlo? -musita Steve con nerviosismo.

—De acuerdo. Tiene una semana para pensarlo señor Rogers, no puedo darle más. -aclara Erskine para luego extenderle una pequeña tarjeta en la mano- Tome, esta es mi tarjeta con mi teléfono. Si acepta comuníquese conmigo lo antes posible para ingresarlo.

—Le agradezco, doctor. -dice aceptando la tarjeta y estrechando cordialmente la mano del otro hombre.

—Sé que elegirá lo que le parezca mejor para usted. -se despide para luego marcharse del lugar.

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En 3 días se cumpliría la semana para responder aquella invitación y Steve puede sentir la presión prácticamente ahorcándolo.

Después de comer, se asea y luego pone algo de su música favorita en el tocadiscos para empezar a dibujar un poco -cosa que había dejado de hacer después de que Bucky ocupaba casi todo el tiempo de sus ratos libres- para desestresarse.

Cornelia Street | StuckyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora