23. Estrella americana

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La música y las risas de los demás soldados resuenan en el lugar. El bar está solitario y el olor a cigarrillo se filtra por su nariz.

Camina hasta la barra cuando finalmente lo ve.

— ¿Día pesado, soldado? -pregunta Bucky mirándolo con una sonrisa.

— ¿Soy muy notorio? -dice Steve después de suspirar agotado.

—Te conozco desde antes de que supieras el abecedario Rogers, por supuesto que me he dado cuenta.

Steve niega divertido y después de contemplar al hombre que tiene en frente en silencio por unos segundos, finalmente habla.

—Yo no sé qué es lo que he hecho para merecerte Bucky Barnes. -murmura con dulzura, aproximándose al castaño.

—Solo has sido tú... siempre has sido solo tú, Steve. -susurra Bucky mirándolo a los ojos con intensidad.

La cercanía de sus rostros hace que el aire se escape de sus pulmones de manera errática y las manos de Bucky sudan y tiemblan por la manera en que Steve lo mira devuelta mientras roza sus narices en una pequeña caricia.

—Te amo. -musita Steve, su aliento golpeando los labios del contrario.

Bucky cierra los ojos ante sus palabras y siente los labios del rubio acariciar los suyos tiernamente. Las manos de Steve sostienen su rostro para tocarlo con delicadeza y las de Bucky abrazan la cintura del rubio con seguridad.

El corazón de Steve late acelerado y prolonga el beso lo suficiente hasta que se ven obligados a separarse por el fuerte azote de la puerta del bar.

— ¡¿Eres un maldito maricón?! -cuestiona Carter alterada desde la entrada del bar.

Las risas y la música se desvanecen y las miradas curiosas de los soldados se dirigen a la mujer.

—Peggy, yo-

— ¡Cállate! -interrumpe levantando la voz- ¿Así que te acostaste conmigo solo porque no podías estar con él? Era eso, ¿ehh? -las lágrimas recorren su rostro enrojecido por el enojo y aterrizan en sus labios carmines.

— ¿Steve? -llama Barnes su atención con voz débil.

Steve voltea a verlo y nota la decepción y tristeza en sus ojos justo como los de Peggy. Steve al ver su expresión, trata de tomarlo por el antebrazo con suavidad para explicarse.

—Bucky, déjame explicart-

— ¡Suéltame! -ordena zafándose del agarre del rubio con brusquedad- Yo solo... vine a esta guerra por ti, hice todo lo posible para que estuvieras orgulloso de mi y a salvo todos estos años y creo que... creo que eso no te es suficiente.

—Bucky, no. Eso no es cierto, siempre has sido lo único que yo-

— ¡No me sigas mintiendo! -reclama con la frustración y el rostro ardiéndole.

Los sollozos del castaño atraviesan su corazón y sus propias lágrimas comienzan a salir involuntariamente al escucharlo. Nota que Peggy ya se ha ido del bar y los demás soldados observan la escena con diferentes expresiones.

Steve se acerca lentamente para tocarlo, pero Bucky se aleja mirándolo con ira y temor. El corazón de Steve se estruja al ver su reacción.

—Siempre he sido yo, ¿no? El del maldito problema. -ríe sarcásticamente con la garganta quemándole- No te molestes en perseguirme de nuevo a otra guerra, Steve. Ve a ser un héroe con los demás pero no finjas ser uno conmigo, tú ya no significas nada para mi. -finaliza Bucky para luego salir corriendo del lugar y abriéndose paso entre los soldados que solo cuchichean entre ellos.

Cornelia Street | StuckyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora