26. Capitán América

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Peggy Carter, Steve Rogers y el Coronel Phillips regresan al Campamento Leigh con buenas noticias: Johann Schmidt ha sido vencido.

Los tenientes y oficiales organizaron una fiesta para celebrar la gran victoria llevada a cabo por el nuevo súper soldado. Steve recibe elogios y aplausos mientras recorre los corredores y una pequeña sonrisa de gratitud se dibuja en su rostro. Jamás había sido tan halagado en su vida.

— ¡Un brindis por el Capitán América! -grita un soldado mientras todos en el campamento levantan su vaso de alcohol con entusiasmo.

Steve se da la libertad de brindar con ellos y de beber hasta el cansancio a pesar de no poder embriagarse. Más tarde, Coronel Phillips le entrega en la fiesta delante de todos, una medalla por su mérito, lo cual provoca más algarabía en el lugar.

Al terminar el evento, Steve tiene la intención de regresar a su viejo dormitorio abandonado, cuando el Coronel Phillips lo detiene en su camino.

—Rogers, quiero hablar con usted. -comunica Phillips- Hizo un gran trabajo en Suiza, y como puede ver, muchos lo tienen en muy alta estima ahora.

—Hice lo que debía de hacer. Mi intención no era recibir todo esto, coronel. -responde Steve con voz seria.

—Hijo, voy a ser honesto contigo. HYDRA sigue allá afuera. Schmidt murió pero las bases continúan activas y hay gente en el ejército que quiere hacer algo al respecto, además de la guerra, claro.

— ¿A qué quiere llegar con esto, coronel? -frunce el ceño con extrañeza.

—Esperando que lo que tú hiciste ayude a debilitar a los alemanes... quizás si continúas tu trabajo en las demás bases, podríamos sacar una gran ventaja e intimidarlos para que la guerra termine. Estarías tú al mando. Los hombres que necesites y todas las armas que Stark te pueda proporcionar. ¿Qué dices?

Steve guarda silencio por un momento mirando al Coronel Phillips. El hombre que hace semanas dudaba de sus capacidades en el campo de batalla, hoy prácticamente le está casi rogando para entrar en una misión de alta importancia. ¿Quién lo diría?

Pero, ¿realmente quería hacerlo? Schmidt por fin estaba muerto y ese era su único objetivo. Vengar al hombre que amaba. Aunque después de aquel beso que Carter le dió antes de subir a aquel avión en Suiza, le hace sentirse culpable el tan solo pensar en Bucky. ¿Y Natasha? ¿Y Rebecca? ¿Y Visión? ¿Y Wanda? Ellos merecen verlo regresar a casa, después de todo, se preocupan por él. Casi nunca llaman porque el ejército es estricto con las llamadas, pero si dependiera de ellos, llamarían cada cinco minutos de ser necesario.

Steve suspira con agotamiento y retoma la palabra.

— ¿Cuánto tiempo estaría fuera?

—Cinco meses, o quizás menos. -dice Phillips.

—La SSR... ¿va a ayudarme con esto?

—Evidentemente en algunas partes, si. De todas maneras, la Agente Carter irá con usted en todo momento, ¿o sería algún inconveniente?

"El que yo vaya con ella es el inconveniente". -piensa Steve.

—No señor, pero, necesito consultarlo con la almohada. No me gustaría tomar esto tan a la ligera.

—De acuerdo Rogers, descanse, buenas noches, soldado. -se despide Phillips para luego retirarse.

¿5 meses? ¿Lo odiarían los demás si demorara más en llegar a casa?

Tal vez, pero, esto era lo que quería en un principio, ¿no? Servir a su patria, proteger a los débiles, acabar con los abusadores. Su nueva fuerza podría ser un factor importante para ganar esta guerra. Además, si se negara, los soldados volverían a verlo como un chiste, como un bufón inservible que solo le da una buena imagen al país, pero nada más.

Cornelia Street | StuckyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora