15. Código rojo

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— ¿Entonces ustedes dos ya...? -pregunta emocionada Natasha con los ojos extremadamente abiertos y una sonrisa.

—Si, Dios... Natalia, no lo grites por favor. -le dice Bucky sonrojado por la reacción de la pelirroja.

— ¿Es que James cómo esperas que me calme si mis dos mejores amigos ya están del otro lado? Definitivamente tengo que ser su madrina de bodas. -sentencia tomando otro trago de su cerveza.

—Si eso se pudiera, créeme que lo serías, o bueno, quizás tendrías que pelearte con mi hermana y Wanda por el puesto. -se burla Bucky imaginando a las tres mujeres discutiendo, pero luego su sonrisa decae al darse cuenta de lo primero que ha dicho.

—Si ustedes lo desean podría hallar la manera. Mi padre tiene varios amigos gay, quizás podría ayudarlos en algo, sabes que te ama James. -le frota la espalda para reconfortarlo.

—Lo aprecio Nat, muchas gracias, pero no sé si eso ocurra, Steve ha estado actuando un poco raro desde ese día. Si te soy sincero, tengo miedo de lo que piense.

—Vamos James, no te desanimes. Fue su primera vez, es obvio que es algo extraño para él, pero te apuesto lo que quieras a que no piensa nada malo sobre ti. Es decir, ¡mírate! ¿Cuántas chicas no matarían por estar en su lugar?

—No lo sé Nat, desde ese día ni siquiera se atreve a mirarme. Nos hablamos normal, pero es como si a la vez me estuviera evitando. Algo pasivo-agresivo para ser verdad. -suspira cansado.

—No conozco a Steve en ese aspecto James. No es como cuando tú y yo hablamos de estas cosas y ya sabemos a lo que nos referimos. Steve es más... reservado.

—Lo sé, y eso es precisamente lo que me aterra.

—Vamos Barnes, no tienes que estar preocupado. Habla con él, verás que no es nada malo, lo prometo. -lo abraza dándole confort al mayor.

—Yo no sé que haría sin ti Nat, con Becky estando tan lejos, siento que me asfixio sin consejos femeninos.

— ¿Y qué hay de tu vecina? ¿Ella también es tu amiga, no?

—Si, su nombre es Wanda, pero Steve ha estado con ella durante toda esta semana. Él sabe que tú serías la primera en enterarte y que me contarías lo que piensa. -se encoge de hombros restándole importancia.

—Auch, ese enano a veces si logra lastimar mis sentimientos. -pone una mano en su pecho fingiendo estar ofendida.

—Es muy extraño a veces. -niega divertido.

—Pero así lo amas, ¿o no, James?

—Si. Así lo amo. -sonrió orgulloso al pensar en su Stevie, pero le seguía aterrando la idea de que aquel evento lo alejara de él.

-

— ¿Y cómo fue? ¿Te gustó? ¡Dame detalles! -grita Wanda emocionada y sacudiéndose la harina de las manos, mientras prepara galletas para el menor.

—Sabes que no puedo contarte sobre eso -niega riendo al ver la emoción en la cara de su amiga- pero puedo decirte que fue... maravilloso. -sonríe de lado recordando la preocupación que Bucky mostraba sobre él en todo momento.

—Me alegro por ustedes, yo sabía que ya lo necesitaban.

—¡Wanda!

—Lo siento, mala elección de palabras. -se ríe la pelirroja del rostro y las orejas rojas de vergüenza del rubio- ¿Pero entonces por qué no has querido hablar mucho con él? -frunce el ceño con duda.

—No lo sé, sé que está mal de mi parte, pero me da miedo pensar que quizás no fui lo él esperab-

—¡Para tu tren Rogers y no termines esa oración! O las próximas galletas que salgan del horno te quemarán la cara, te lo prometo. -lo señala amenazante.

Cornelia Street | StuckyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora