37. You showed your hand

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Steve se quedó unos días en Indiana con los Barnes y les pidió una disculpa a George y a Rebecca por su comportamiento. Descubrió que Bucky le había contado la situación a su padre y lejos de lo que creyó que pudo haber pasado, este solo decidió apoyarlo. Por lo que George le pidió a Steve cuidar a su hijo solamente.

Rebecca se disculpó con él igual por haberlo ignorado y Steve se encargó de contarle el asunto de Peggy, arreglando finalmente las cosas.

Luego de algunos días, empacaron sus maletas y regresaron a Brooklyn.

Steve no se había atrevido a hacer un movimiento más allá de besar a Bucky en la mejilla o las manos, abrazarlo y acomodarle el cabello. No quería hacer algo que Bucky no hubiera permitido todavía.

Por otro lado, el castaño moría porque Steve tuviera más muestras de afecto con él, solo que sabía que Steve aún se sentía avergonzado y que debía de hacerle sentir confianza para acercársele de nuevo.

En la primera mañana de nuevo juntos en el departamento, Steve se levanta temprano para cocinarle el desayuno a Bucky y se le ocurre llevárselo hasta la cama.

—Buenos días Bucky. –saluda poniendo el desayuno en la mesita de noche.

Steve ve que no hay reacción de su amigo y lo sacude un poco para despertarlo cuando siente el temblor del cuerpo del castaño bajos sus manos. Steve voltea a Bucky para ver su rostro y puede notar la expresión preocupada y las lágrimas saliendo de sus ojos aún cerrados.

—Bucky, despierta. Es un sueño, todo está bien Buck, vamos, despierta. –dice sacudiendo suavemente al castaño por los hombros.

Al no obtener respuesta, Steve se inclina hacia él y susurra palabras en su oído.

—Hey, tranquilo, estoy aquí contigo Bucky. Vamos jerk, abre los ojos.

Tras un par de intentos más, Bucky deja escapar un hipido de sus labios y voltea a mirar al rubio.

— ¿S-Steve? –cuestiona Bucky con la voz quebrada.

—Shh, tranquilo. Todo está bien, fue solo un sueño. –murmura acariciando su cabello.

Steve sabe que no debe pero los ojos heridos de Bucky lo incitan y se auto invita y se recuesta con él al otro lado de la cama. Bucky no parece molestarse y atrae la cabeza del castaño hacia su pecho para acariciar su espalda y reconfortarlo, susurrando en su cabello palabras dulces.

— ¿Quieres contarme sobre ello?

—Fue un recuerdo más que un sueño, Steve. No quiero molestarte con mis problemas.

—Nunca lo harás Bucky –alza su barbilla para que lo mire– puedes contarme lo que sea, no importa si es bueno o malo.

Bucky suspira y analiza la expresión de Steve antes de hablar.

—Fue sobre HYDRA, sobre cuando me borraron la memoria por primera vez. Ellos me tenían en un laboratorio, recuerdo que me ataron y pusieron un artefacto sobre mi cabeza  y solo... momentos después me electrocutaron.

Steve ajusta más el abrazo y deposita pequeños besos sobre la cabeza del castaño que lo hacen levantar la vista para mirarlo.

Ninguno dice nada y se miran en silencio por un par de minutos hasta que Bucky no puede más y se inclina hacia adelante para romper la distancia entre ambos con un beso.

El beso es lento y dulce provocando que Steve tiemble al separarse. Bucky deja un pequeño beso en sus labios y sin apartarse mucho vuelve a mirarlo.

—Pensé que ya nunca ibas a besarme. –susurra.

Cornelia Street | StuckyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora