35. Epifanías y cartas

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Le toma una hora a Steve para llegar finalmente al departamento de Peggy. Cuando entra, se percata de que aún no llega y con el enojo aún presente en su cuerpo, se dirige a su habitación y comienza a buscar sus pertenencias.

No puede seguir viviendo ahí.

Toda la ropa del closet incluyendo su uniforme militar lo guarda revuelto en las maletas con las que llegó al Campamento Leigh. Sus pocas cosas parecen ya estar empacadas hasta que Steve se percata de que falta su cuaderno de dibujo.

Steve busca en los cajones de ropa, en el closet, en la cocina y en la sala pero no lo encuentra por ningún lado.

Ya cansado de buscar, Steve se da cuenta de un brillo proveniente debajo de la cama. Es ahí cuando encuentra una medalla de honor que el ejército le dió y abajo de ella su cuaderno.

Sin embargo, al estirar la mano para sacarlos, su mano golpea con algo acartonado que le da curiosidad. Saca su cuaderno y la medalla y después con ambas manos alcanza el motivo de su intriga.

Una caja con un sello de la SSR.

La caja es mediana y dice su nombre completo por un costado e inmediatamente que la abre Steve cae en cuenta de que es la correspondencia que Peggy se privó de darle durante la guerra.

Las primeras cartas que encuentra son de Howard de seguro acerca de alguna misión o algo por el estilo, después procede a ver unas cuantas de Natasha, Wanda y Becky envueltas en un sobre impecablemente blanco rasgado por la abertura.

La simple idea de imaginar a Peggy leyéndolas le hace hervir la sangre, pero su molestia desaparece cuando ve otros sobres de un color más amarillento y descuidado hasta cierto punto terrosos, arrugados y húmedos.

El remitente: James Buchanan Barnes.

Steve deja salir un jadeo de sorpresa y apresura a abrir el primer sobre de varios que encuentra.

Querido Steve:

Te escribo desde mi catre en la base militar donde me asignaron. Dios, si estuvieras aquí seguramente estarías igual de impresionado que yo.

Las historias sobre estos lugares que nuestros padres nos contaban cuando éramos niños son más que ciertas, pero aún así no puedo evitar querer regresar a Brooklyn contigo.

Sé que es el primer día y es patético, pero te extraño. Espero volver pronto a casa junto a ti.

Te quiere, Bucky.

Una risa temblorosa sale de sus labios y procede a revisar otro sobre.

Querido Steve:

Hoy tuve mi primera misión como sargento y casi meto la pata de no ser por el Oficial Dugan.

Caray, ¿quién iba a decir que Bucky Barnes le agradaría a su oficial al mando a tal punto que de lo deje tutearlo?

Estuve a punto de mandar a mi equipo a un lugar que no era sino hubiera sido porque el oficial me detuvo y me ofreció su mapa para guiarme de nuevo.

Creo que lo apodaré "Dum Dum" , bueno, si es que me lo permite.

Te extraño, cuídate y abrígate. Recuerda que te quiero.

Bucky.

Steve deja ese sobre al lado y procede a leer otro un poco más arrugado.

Querido Steve:

Sé que esta no es una manera de empezar una carta pero quiero desahogarme lo más pronto posible.

Maté a un soldado.

Cornelia Street | StuckyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora