¿Qué sentirías si un día de repente te conviertes en el prometido del mafioso más temible de corea del sur?, muy extraño ¿no?, pues bien, esa es la historia de park jimin y jeon jungkook, dos hombres cuyos polos son muy opuestos al del otro y se odi...
Jimin había cambiado más de tres veces su ropa porque no estaba conforme con absolutamente nada de lo que se ponía. A pesar de que le dijo a jungkook que en diez minutos se veían en la entrada, ya habían pasado casi cuarenta minutos y el seguía sin decidirse.
Desesperadamente abrió su closet una vez más y busco su mejor atuendo, quería verse hermoso para jeon, quería verse sexy pero no demasiado revelador, quería verse tierno pero no sumiso, era algo así como una especie de ropa que dijera a simple vista este chico es encantador.
Tomando un pantalón negro ajustado a sus seguido por una camisa del mismo color y encima un corset negro en cuero que dejaba apreciar su diminuta cintura, jimin encontró por fin el atuendo perfecto y quedando satisfecho se aplicó un poco de maquillaje, se puso algunos accesorios en sus orejas y salió con la frente en alto de su habitación.
Nota: algo así me imaginé vestido a jimin, obviamente omitan las alas. (Créditos de la imagen a quien corresponda)
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La paciencia no era su mayor virtud y de eso estaba cada vez más seguro, jungkook al ver que su prometido no bajaba y tenía más de media hora esperándolo, empezó a desesperarse y a caminar de un lado a otro.
No obstante, todo aquel estrés se fue como relámpago cuando vio al menor bajando encantadoramente las escaleras, se veía precioso, por Dios, su prometido era extremadamente sexy y perfecto...
— te ves... Wow (aquí jeon dejo escapar un suspiró), creo que las palabras sobran, no encuentro palabra alguna que describa lo hermoso y perfecto que te ves, me encanta... — decía amorosamente jeon.
Exactamente eso era lo que jimin deseaba, que jungkook se quedase sin habla al verlo, misión cumplida se dijo para si mismo.
— ¿enserio te gusta como me veo?, — pregunto tímidamente el peli azul mientras jugaba con sus deditos.
—no, no me gusta, me encanta... Me fascina, eres simplemente hermoso park jimin... — respondió cariñosamente jeon para luego acercarse al menor y unir sus labios en un dulce beso.
Aquel beso era suave y tierno, nada de llevarlo al segundo nivel, era un beso de amor, un beso que trasmitia cariño y seguridad, un beso que le había sentir al contrario cuan importante era para el otro.
Luego de unos minutos, la joven pareja se separó por falta de oxígeno y ambos con sus mejillas sonrojadas se tomaron de las manos, salieron de la mansión rumbo a su esperada y anhelada cita.
Está vez no eran solo cuatro guardaespaldas los que acompañaban a los tortolitos, junto a la pareja iban más de 15 hombres y eso porque Jackson había vuelto a advertir a su jefe de que tenía que cuidarse y estar atento con los trevor.
Jungkook había contratado más personal capacitado y eso que ya tenía más de cien hombres en su casa, era solo que con jimin todo cambiaba, no podía exponerlo a él también, tenía que protegerlo a si fuese por encima de su propia vida.
