Obsesión [2]

[DOCE]

[LOS VASÍLIEV: PARTE UNO]

Amara

Lo bueno de tener el alma amargada, es que no cualquiera cosa te afecta y con calma termino de beber la taza de café en mis manos.

Una muerte más, una muerte menos, nada cambiará la forma en que de todas formas el mundo me ve. Y es que si quieren culpar a alguien, adelante, yo puedo vestir de villana también y sé hacer muy bien mi papel de verdugo. Quieren hablar de poder, sin saber que yo a la gente como a esa me la puedo comer, como la bestia que dicen que soy.

Me ponen de antagonista sin saber que esto... no es nada.

—Hasta el momento solo se tiene entendido que la mujer mejor conocida como Amara Markova, ya estaba adentro cuando todo sucedió —relata el tipo y miro mis manos sintiendo picazón—. Se desconoce el motivo de porque arremetió en contra de los civiles, pero hasta ahora se tiene que al menos más de 8 personas fueron asesinados a sangre fría, contando a tres policías heridos, pero estables. El resto de los civiles pudo salir en estado de ebriedad para notar lo que sucedía adentro y no pueden describir al acompañante que iba con ella, pues unos dicen que era rubio y otros castaño....

Bajo el volumen de la televisión cuando escucho pasos cerca, la apago cuando Aleksey abre la puerta de la oficina y dejo caer el control a un lado. Paso mis manos por mi rostro, sé que las represalias caerán pronto por lo sucedido y el que mi hermano este aquí, me lo dice todo. Moscú estaba fuera de sospechas habiendo manteniendo el control, pero eso cambió anoche cuando decidí ser parte de una estupidez momentánea.

Una que tengo que saber manejar a la perfección frente a mi familia, porque de otra forma van a querer comerme viva y sus reclamos no los pienso tolerar.

—Dicen que fuiste tú —se sienta frente a mí y levanto la mirada.

— ¿Tú que crees?

—No eres impulsiva, Amara —cruza sus piernas y me mira serio—. James mucho menos, así que me pongo a pensar en quién hizo aquello y porque lo encubres —me rio.

—Yo no hago el trabajo sucio de otros —que me escrute con su mirada me da para pensar que no confía en mis palabras, pero aquella duda muere en el instante que Aren Vasíliev, hace presencia en la oficina.

Está serio como de costumbre, no habla, ni mucho menos grita porque perder su postura intimidante no es algo que haría el gran señor y líder, pero con la mirada es suficiente para causarle temor a mi hermano. Le pide que salga de la oficina. Aleksey cierra la puerta detrás de él, dándome una mirada que suplica que no complique las cosas.

Quisiera no complicarlas, pero no sé cómo entender a Aren y es que la máscara de hielo no se le rompe a mi padre, se sienta frene a mí y la misma mirada arrogante que tiene él, la tengo yo y es por eso que termina riendo no pudiendo hallar una sola duda en mí.