[DIECISIETE]

238 21 11
                                    


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


[VILLANO]


Las pisadas alertan a la presa, su cazadora está cerca y no se equivoca cuando distingue la melena negra entre tantos presentes. Lo han estado torturando por más de dos semanas, ha perdido más sangre de que la que es consciente y lo peor es que a pesar de estar aturdido, puede reconocer a la bestia que sale mostrándose victoriosa.

De dónde viene Walt Tucker hay leyendas que cuentan acerca de monstruos infernales que salen del abismo sólo cuando desatan su ira.

Justo como los Vasíliev, y Walt sabe que esas leyendas nunca terminan bien para hombres como él. Se equivocó cuando accedió seguirle el juego a Aurelio, pero muy en el fondo quería creer que Amara Markova no era lo que decían de ella. Quería creer que era débil, pero...

Sabía que algo especial tenía esa mujer, lo pudo notar cuando la tuvo cautiva, llena de suciedad e impureza. Sólo que ahora entiende que es eso que la hace tan especial ante los ojos de mortales como él, como Nicholas, como James, e incluso como Aurelio.

Pues la rusa ha sido pisoteada, humillada, golpeada, abusada, pero nada de eso la apagó por completo. Sino que aquello la metió en un capullo. Capullo del que está pronta a salir. La nota brillar dentro de su propio oscuridad y con ello sabe cuan especial es. Y es que aunque Markova clama que odia esta vida, sus acciones siempre la contradicen.

Porque no cualquiera se levanta del lodo al que lo han arrojado y sonríe de esa forma tan descarada que la caracteriza a ella.

No cualquiera acepta sus maldiciones y las hace parta de ella.

Es mala, sabe que lo es y no le importa serlo.

—Tucker —el tono tan dulce resulta adictiva y venenoso—. ¿Listo?

—Solo mátame...

El que le sonría no es buena señal, de hecho, si algo ha aprendido durante este año siendo su esclavo es que Amara es bastante creativa y sádica a la hora de tener que elegir el castigo de sus enemigos. Cosa que tardó en hacer con Sullivan, después de todos, fue él quien le jodió la vida en aquella pocilga.

Y ahora el castigo para Tucker es completamente diferente, porque como Sullivan no morirá.

—No voy a matarte, Tucker —le dice—. Voy a mandarte con Aurelio. Hicimos un acuerdo y él está dispuesto darme algo, a cambio de su mejor hombre —murmura—. Yo no le revelo nada, a sus hijos acerca de la muerte de su madre, además de entregarte, a cambio de que me dejé libre cierta parte de Alemania para la Bratva.

—Mentirosa —se ríe.

—Tengo más ganas de matarte que de aceptar el trato —menciona—. Sin embargo, no estoy pensando como niña caprichosa, sino como futura heredera que debe limpiar el camino para su organización —acepta—. Es lo que duele de este negocio a veces, no siempre puedes tenerlo todo.

Obsesión [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora