[QUINCE]

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[DESESPERACIÓN]


Amara


Tengo frío, mis dedos se sienten entumidos y abro los ojos esperando un diferente final. Sin embargo, lo único que hallo es que sigo como imbécil frente a un lugar de dónde nadie saldrá y no soy la única, puesto que Aren esta tirado a mí lado, está igual o peor que yo y me levanto queriéndome moverme para seguir trabajando.

Tengo cosas que hacer, sentada o llorando no me puedo quedar.

Subo a mi habitación no sin antes pedir que despierten a Aren que sigue en el patio, no puede quedarse allá o agarrara hipotermia y más gente no puedo perder.

Me encierro en el baño, la cara la tengo hinchada de tanto llorar y prendo la regadera esperando que el agua helada elimine las marcas del pésimo día que tuve ayer. Tallo mis manos, mi piel queda limpia de nuevo y salgo a cambiarme. Los jeans negros se deslizan por mis piernas rápido, la blusa y la chamarra son lo último que me pongo y me niego a ponerme maquillaje justo ahora.

James sigue durmiendo en mi cama, fue un día agotador para todos y prefiero dejarlo descansar. Además, no quiero a nadie a mi lado. Necesito un tiempo a solas. Tomo una mochila dónde meto varias cosas y el teléfono lo dejó sobre el buró no queriendo tenerlo más.

Si necesitan algo, que otro se encargue.

Bajo los escalones, Stanislav ya está despierto y bebé de una taza de café. No me pregunta a dónde voy y salgo de la casa poniendo a mis hombres a disposición de Aleksey, si necesitan algo, él sabrá manejar la situación y me monto en la Jeep sin que nadie me siga. Las gafas negras me las pongo ocultando los círculos de mapache, paso a una tienda a comprar un par de cosas y continúo mi viaje.

La carretera está llena de neblina, el frío me cala los huesos a pesas de que tengo el abrigo puesto y aunque otros pasen su luto acompañados de su familia, yo no lo último que necesito es estar pegados a ellos para seguir llenándome de dolor.

Eris no está más, llorar no me la va a traer de regreso y tampoco matar al imbécil que la me la quitó de mi vida. Lo que si hará, es traerme un poco de... paz.

Los vory que cuidan de la cabaña reciben órdenes, mueven todo lo que se instaló hace un par de horas que no fue mucho y en una hora volvemos a partir hacia otro lado. Rusia en poco tiempo tendrá a todos los noticieros con la cara del capitán Weiner y a toda la policía ayudando a la milicia a hallar el paradero del alemán.

Y aunque mi gente es lo suficientemente fuerte para evadir y matar a quien se nos cruce, quiero evitar que eso suceda porque no tengo la energía para limpiar tanto. Además, no quiero que nadie me interrumpa por ahora.

Obsesión [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora