[CUARENTA Y CINCO]

236 14 9
                                    



[PSICOSIS]


Nicholas

21 años antes


Me gusta dónde vivo, más es aburrido jamás poder salir a jugar fuera de la casa debido a que mi papá es un paranoico de esos que cree que el mundo puede acabarse mañana y culpo a su trabajo como coronel. Y mi madre es parecida a él.

Se podría decir que son tal para cual.

Pese a que son aburridos, son buenas personas y cada uno tiene historias entretenidas.

Mamá casi no me cuenta sobre su pasado, dice que lo que más importa es lo que tiene ahora y lo que tendrá a futuro. Así que quien me cuenta historia raras es papá. Aurelio tiene cierta forma de platicar historias y aunque tengo 14 años, nunca me aburre escucharlo hablar.

—Entonces, ¿Cuando sea coronel tendré un amigo como el tuyo?

Me sonríe y me pide una llave.

A veces se la quiere dar de mecánico experto, según él, para que pueda presumir de aquellas enseñanzas en un futuro. Dice que es importante que un hombre aparte de saber sobre carros y marcas, sea saber sobre su funcionalidad. Además, los coches que él posee no son del todo normales y es que como coronel de la milicia, todo lo que tiene, tiene algo escondido adentro.

—Cuando seas coronel tendrás un amigo cercano a ti que sea de fiar pese a todo lo que otros digan será un ancla, pero no será como el mío. Encontrarás a alguien, sin embargo, jamás como el mío. —Me mira burlón y lo siga para ver que hace—. El mío era especial. Mi amigo era alguien complejo, Nic. A diferencia de mí, era un hombre extrovertido y carismático. La cara que mostraba al mundo, era diferente cada vez y él decía que era mejor así porque te volvías un blanco difícil de analizar. Por ende, de matar.

— ¿Lo conociste en la milicia? ¿Por qué jamás lo he visto?

—Sí, un gran general y no lo has visto porque hace mucho que se fue. —Admite—. Y aunque ahora no está en mi vida, puedo seguir diciendo que hizo bien su trabajo hasta el final de los tiempos. Gran estratega e inteligente. Uno podía incluso creer que tenía el pie sobre su yugular y ese ruso después demostraría que no era así. —Se limpia las manos con un trapo y me lo arroja.

—Suena a que murió, ¿Murió?

Niega.

—Entonces, ¿Dónde está tu amigo? —Pregunto y no responde. Sujeta la botella de cerveza sobre su mano y me toma del hombro para guiarme a una banca—. Si tan buen amigo era, ¿Por qué jamás lo vemos contigo? ¿Es que vive lejos? Podríamos visitarlo. —Sonríe y se acerca a mí.

—Es complicado. —Suspira—. Él era alguien demasiado bueno para lo que hacía. Fue el mejor estratega que conocí en vida y amigo que pude tener, dudo que alguien que pueda superarlo. Y aunque a veces eso parece lo mejor, las personas con intelecto alto son las primeras en volverse locas por estar cerca de la verdad o del éxito. —Cuenta—. Aren Vasíliev fue tan buen amigo que mató por mí y fue tan buen general, que jamás falló.

— ¿Y por qué no lo vas a ver? Eran amigos, ¿No?

—No todas las amistades son para siempre, hijo. A veces se deben romper para un bien mayor y las personas cerca, a él, tenían intereses que ponían la vida de otros en peligro. Y aunque no soy ningún santo, la familia de Aren es egoísta y el egoísmo, muchas veces guía a masacres.

Obsesión [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora