Obsesión [2]

[DIECIOCHO]

[PELIGROS Y VERDADES]

Nicholas

Durante un año intenté olvidar. Hice de todo. Bebí para detener el dolor, pero solo lo incrementen más con los pensamientos que me atormentaban y como eso no paraba, empecé a cazar a tanta gente que mi apellido no solo carga maldiciones, sino que desborda sangre.

La culpa después de matar es bastante, pero Amara lo dijo, cuando te acostumbras a hacerlo, se vuelve más fácil y la mano deja de temblarte, hasta que llega un punto que jalas el gatillo por puro instinto. Y después de tanto tiempo entendí algo. La llamé monstruo sin notar el reflejo en mi espejo y ahora comprendo mejor las palabras de Kaius.

"Mira tú reflejo, ahí hallarás a tu verdadero enemigo".

Me que quejado de los tratos de todos, pero nunca he puesto un alto y entiendo porque a la rusa le gusta ser como es. Pocos son los que han querido pasar por sobre ella y mal han terminado, la mayoría muertos. Y aunque probablemente no es el método más ortodoxo, es el único que parece servir con la clase de enemigos que tiene.

El único que parece hacerle entender a la gente porque hacer enojar a la persona equivocada pesa no un día, sino toda la vida. Disfrace justicia por venganza tanto tiempo que perdí la noción no solo del tiempo, sino de la persona que estaba convirtiéndome y aunque mis manos están manchadas, no siento remordimiento por ello, sino por lo que no pude hacer.

Me atreví a llamar monstruo por miedo a lo que representa para mí, porque no es solo una, es la que marcó mi vida y es algo doloroso tener que aceptar que debo soltar para lo que haré.

Hace un año dije que podía con su odio, lo cierto es que puedo hacerlo y debo ganármelo porque es la única forma de mantenerla lejos del caos que mi apellido representa. Porque como Aren lo dijo, no soy hombre para ella.

Siempre me dijo que no veía la imagen completa del panorama y ahora lo hago.

Para jugar con hombres como Aurelio, se debe ser astuto porque cualquiera duda que tenga, no van a tardar en poner el cañón de la pistola en la nuca y mucho menos de disparar.

Abotono el saco de gala, mis medallas relucen y me rio cuando alcanzo a leer "Por la paz". Paz es un término falso, lleno de ironía porque no existe tal cosa. Solo es una burla, un placebo que se le da a la masa para mantenerlos en control y es algo que hasta esta fecha me afectaba a mí. Yo creía, de verdad lo hacía, en que peleando en el lado correcto sería capaz de lograr un cambio, pero...

No hay cosa así.

De las peores formas me ha tocado ver que eso es falso y solo siendo idiota me quedaría por esperar un milagro que jamás sucederá. Me cansé de ser justo, pierdo más de lo que ganó y de nada sirve intentar hacer el cambio si Aurelio Kaiser y Luke Anderson son dos pestes que juegan hacer el bien, cuando en realidad hacen lo contrario.