[CINCUENTA Y OCHO]

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[LOS HIJOS SE CANSAN]


Nicholas


Intento moverme cuando me despierto, más algo no me lo permite y abro los ojos notando la silueta femenina a un lado de mí, la cual me da por abrazar y sostener más cerca de mi pecho sin querer soltar lo que es mío.

No me molesta la luz del sol, las cortinas cubren las ventanas permitiéndome abrir los ojos con calma, enfocando mi mirada. Quede tan cansado de todo lo de anoche, que se terminó juntando con el cansancio mental que ya traía desde hace días, cosa que para este punto no me importa puesto que en mis brazos tengo todo lo que quiero.

Sin embargo, sigo sin confiarme, porque siempre que intento ser feliz, las cosas salen mal. Tengo mucho que pensar con Iván afuera queriendo matarnos; y el clan negro buscando por mi padre para liberarlo, sin mencionar que tengo que afrontar a la Orden Suprema.

Es mucho, y no sé si tendré energía para ello, y al mismo tiempo para aceptar que la pelinegra en mis brazos ya tomo su decisión de no quererme dentro de su juego. Por ende, pese a que hoy disfrutamos de estar juntos, de nada servirá, porque al final del día contraerá nupcias con el Carter y por más que diga que el tipo la soltara, estoy seguro que no será así.

Estando en su lugar yo no lo haría.

Y aunque Carter presume de no ser como yo, no es tonto para soltar a la mujer que ama.

Se dice que sería capaz de renunciar a lo que ama, más cuando ha perdido todo a lo largo a su vida, me cuesta creer que hará eso teniendo a la mujer que medio mundo desearía. La cuestión es que, sí yo cambie y me volví egoísta como par ano soltarla, el también, pero al no conocerlo, no sé con cuanta certeza mis palabras salen.

Hace mucho me tocó admitir que no iba a poder darle lo que necesitaba, pero que él sí iba a poder hacerlo y en esa ocasión la dejé ir. Pero las cosas cambiaron y mis dediciones también. No es justo, pero me vería imbécil renunciado a lo que amo, solo porque a otros no les parece.

Me fijo en su cuerpo, detallándola.

Su piel es suave pese a todo a excepción de sus manos que tiene varios cortes, algunos pasados y otros recientes. Tiene cicatrices en todo su cuerpo y la marca que el clan alemán le dejo hace años, no está más. En su lugar, hay cortes que empiezan a cicatrizar y me fijo en la cruz que tiene marcada en la espalda, donde fue de la salida de la flecha que recibió por mí.

Me fijo en los pocos tatuajes que tiene, no sé qué significan y podría preguntarle, pero Amara jamás me dirá el significado de ellos. No quiero incomodarla, prefiero observarla, queriendo guardarme la imagen de ella antes de tener que volver a ponerme la máscara del general.

Obsesión [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora