La guerra había comenzado de nuevo cobrando su primera víctima. Ahora no sólo dependía de ella el cambiar las cosas que están escritas, también él podía hacerlo.
Enfrentar todo para poder tener una vida tranquila de nuevo era lo que la familia Black...
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Legeremancia
El que el ministro no quisiera creer que Lord Voldemort había vuelto, que Harry se había enfrentado a él y que por su culpa Cedric estaba muerto, complicaba las cosas, los planes que Albus Dumbledore comenzaba a maquillar en su mente.
Severus Snape y Regulus Black le mostraron la marca para intentar convencerlo de que decían la verdad y le explicaran como era que servía, pero no sirvió de nada, solo que el hombre los mirara mal. Lily compartía el mismo pensamiento que Emmily: tirarlo por la ventana por ignorar todo.
Pero sin importar lo que hagan y digan, Cornelius Fudge no quería aceptarlo. Así que, después de dejarle el premio a Harry por ganar el Torneo, se marchó para arreglar lo que tenía que arreglar con el asunto de los Diggory.
Después de aquel fallido intento de comenzar a detener a Voldemort, quizás lo más difícil y que estaba por terminar en una discusión que no sería tan fácil de detener, era el hecho de que Dumbledore les pidió a James y Sirius hacer las paces y dejar a un lado sus problemas del colegio con Severus, inclusive se lo pidió a Emmily, que no era secreto para nadie que también se habían tomado odio mientras estudiaban.
Emmily lo aceptó, no le perdonaría nada de lo que le había hecho a ella y a su hijo, pero sabía que estarían del mismo bando y si eso le aseguraba, aunque sea un diez por ciento el que todo acabará de nuevo sin perder mucho, lo hizo, estrecho la mano con el profesor de su hijo.
Pero James y Sirius no lo hicieron, aceptaron no meterse tanto con él siempre y cuando Snape no se metiera con sus hijos cómo lo ha estado haciendo. Ambos dudaban de que realmente estaría al cien por cien de su lado.
Lily no sabía que sentir al respecto. Si ella miraba a su viejo amigo, él evitaba su mirada, y viceversa, algo que no pasó desapercibido para Emmily, que se mantenía en silencio junto a su marido he hijo, mirando a todos y esperando el momento en que su primo y cuñado hechizaran a Snape.
Dejando de lado aquella discusión. Tomaron la decisión de reunir a lo que quedaba de la vieja Orden del Fénix.
—¿Puedo contar con su apoyo, Regulus, Emmily? —preguntó viendo a la pareja. Regulus abrió la boca, pero su hermano le interrumpió de inmediato.
—No, ellos están fuera de todo esto, Dumbledore.
Emmily y Regulus compartieron una mirada para después ver a Sirius.
—No puedes elegir por nosotros, Sirius —aclaró Regulus con el ceño fruncido.
—Sabíamos que esto iba a pasar y ya lo habíamos hablado —continuó Emmily—, no nos vamos a quedar de brazos cruzados mientras ustedes vuelven a luchar contra todo esto.
