La guerra había comenzado de nuevo cobrando su primera víctima. Ahora no sólo dependía de ella el cambiar las cosas que están escritas, también él podía hacerlo.
Enfrentar todo para poder tener una vida tranquila de nuevo era lo que la familia Black...
❝A veces la vida es como el cielo azul: hermoso. Pero recuerda que también el cielo se pone oscuro, así que no te sorprendas❞
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Un Viaje Astral
Umbridge había descubierto al Ejército de Dumbledore gracias a la amiga de Cho Chang, el que era el director del colegio tuvo que huir para evitar que lo llevaran a Azkaban, lo que ocasiono que Dolores fuera nombrada como la nueva directora, eso no fue algo que agradara mucho a los estudiantes, al menos de las tres casas, porque los Slytherin tenían cierto privilegio... bueno, casi todos, Leo Black y Jack Peterson eran la excepción.
Leo esperó a que la directora o el capitán de Quidditch lo expulsaran del equipo, pero para su sorpresa, Montague salió a su rescate, asegurando que era demasiado bueno y que a esas alturas del año no encontrarían a alguien que ocupe su lugar, que si quería que para el siguiente año si podía sacarlo.
Los días pasaron como otros, entre tareas, clases, y tratando de sobrevivir a todo.
Otra cosa que también cambio con el nombramiento de Umbridge como directora, fue el hecho de que Regulus ya no podía ir a la escuela para ayudar a Harry con sus clases de Occlumacia, por lo que ahora le tocaba a Snape seguir con esa tarea, por órdenes de Dumbledore. Aunque tampoco es que duraran mucho.
Los exámenes llegaron y con eso el estrés de los estudiantes aumento aún más, en especial para los de quinto y séptimo año. Leo, Astoria y Jack escuchaban a sus compañeros de esos cursos quejarse, incluso una chica de séptimo año tuvo una crisis de nervios a mitad de un examen.
—Ya quiero ver cómo nos va en año que viene —comentó Leo entre divertido y espantado.
—No, yo no quiero verlo —Jack negó con la cabeza—, Anthony dijo que los profesores los presionan mucho, que les dejan demasiada tarea.
—Claro, Anthony dijo —dijo Leo rodando los ojos, aunque ninguno de sus amigos lo vio. Astoria alzó la vista de su libro y lo miró de reojo.
—No empieces, Leo —dijo la castaña, a lo que el mencionado alzó las manos a la altura de sus hombros.
—Yo no estoy diciendo nada —y antes de alguno dijera algo, se puso de pie y tomó su mochila, pasándola por encima de su cabeza— ¿Nos vamos? Que no tarda en empezar el examen de pociones.
Los tres se fueron a las mazmorras. Aquella misma noche, todos estaban hablando, no de los exámenes, sino de lo que había pasado con la profesora de Transformaciones y el guarda bosques, aquel ataque les dejo a todos muy confundidos.