35||Una Extraña Conexión

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❝A veces, la historia suele repetirse❞


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Una Extraña Conexión


A pesar de las insistencias, Leo no consiguió que le dieran permiso para no asistir al colegio.

Estaba enojado, pero no podía hacer nada para convencerlos de lo contrario.

—Prométanme que les van hacer caso a todos de todo lo que les digan —pidió Leo a sus hermanos antes de que subiera al tren.

—Leo, ya te lo prometimos como veinte veces —dijo Altair cruzándose de brazos.

—No te preocupes, que nosotros vamos hacer caso —añadió Kaia abrazándolo. Leo también la abrazó con cariño y, después de separarse, miró a sus abuelos y tíos.

Era raro para todos ver a Orión y Walburga junto a los Potter y Weasley, pero para ellos les daba igual que era lo que decían de ellos, no querían perder de vista a sus nietos, y si por ellos fuera, también se irían a Hogwarts para estar más seguros de que nada le pasara a Leo, pero debían de confiar en James y Sirius.

Después de que todos se despidieran, cada uno de los jóvenes subieron al tren, Leo observó a su familia, en especial a sus hermanos por una de las ventanillas, pidiéndole a Hécate que los cuidara.

Cuando la estación se quedó atrás, el pelinegro soltó un suspiro y se giró para ver a Sam y Ginny, que al parecer lo estaban esperando.

—¿Vienes con nosotras o iras a buscar a Astoria? —preguntó Sam con un tono de voz ligeramente suave.

—Voy a buscar a Astoria.

Sam asintió con la cabeza.

—Cualquier cosa, puedes ir con nosotras. —añadió Ginny regalándole una pequeña sonrisa.

Asegurando que lo haría, se despidió de ambas y comenzó a buscar a su amiga. Leo notaba como algunos lo miraban, pero era de una manera diferente a como siempre lo miraban y se preguntaba si es que ya se habían enterado de lo que estaba pasando con sus padres.

Decidió ignorarlos y siguió caminando, abrió la puerta para cruzar al siguiente vagón. Iba tan metido en sus pensamientos que no escuchó que le llamaban, solo reacciono cuando sintió que lo tomaban de la mano y lo arrastraban hacía el interior de un compartimento.

Al girarse, se encontró con los ojos azules de Astoria.

—Oh, Leo —le castaña no perdió un segundo más para abrazar a su amigo con fuerza, aunque tuvo que ponerse de puntillas para poder alcanzarlo bien—, lo siento mucho, en cuanto me enteré de lo que les pasó a tus padres quise ir a verte, incluso Daphne le insistió a nuestros padres que me dejara ir, pero solo decían que era peligroso para ambos.

𝙉𝙚𝙭𝙩 𝙏𝙤 𝙮𝙤𝙪// 𝙍𝙚𝙜𝙪𝙡𝙪𝙨 𝘽𝙡𝙖𝙘𝙠 (𝘛𝘦𝘳𝘤𝘦𝘳𝘢 𝘱𝘢𝘳𝘵𝘦)✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora