La guerra había comenzado de nuevo cobrando su primera víctima. Ahora no sólo dependía de ella el cambiar las cosas que están escritas, también él podía hacerlo.
Enfrentar todo para poder tener una vida tranquila de nuevo era lo que la familia Black...
❝Soy de esos amigos que te pueden ayudar a esconder un cadáver, pero jamás me traiciones, porque recuerda que se esconder un cadáver❞
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Noticia Y Juegos
—¿Estás seguro de que eso sea buena idea? —preguntó Jack viendo a su mejor amigo. Leo les acababa de platicar lo que su primo y amigos le habían dicho sobre las clases privadas.
—Supongo que cualquier idea es mejor que solo quedarnos con lo que nos enseña esa cara de sapo —contestó el pelinegro.
Los tres estaban en la sala común, Leo acostado en el sillón con su cabeza apoyada en el regazo de Astoria, esta jugaba distraídamente con su cabello mientras Jack estaba sentado en el otro sillón viéndolos.
—¿Tú qué opinas, Tory? —preguntó el castaño a su amiga, que sólo se encogió de hombros.
—Si lo quieren hacer o no, estoy fuera —bajo la vista, encontrándose con los ojos de Leo (que en ese momento se le veían grises), que la miraba con el ceño fruncido y entendió la pregunta que quería hacer—. No quiero meterme en problemas. Además, todos los que quieran apoyar a Potter serán de Gryffindor y no me quiero sentir incomoda con ellos pensando que diré algo que los incrimine.
Leo le quiso decir que no pasaría nada de eso, pero recordó el cómo Hermione dudo de él antes de contarle lo que planean, así que solo asintió con la cabeza.
—Bien, es tu decisión —acepto antes de sonreír de lado—, ya después te puedo ayudar a practicar si lo quiere.
—Eso sí lo acepto.
Ambos se giraron para ver a Jack, que estaba más concentrado viendo el relajo que estaba en la sala común que en la plática y movía nerviosamente la pierna.
—Tierra llamando a Jack, responde Jack —el mencionado se giró para verlos—. Desde hace unos días estás un poco más distraído de lo normal ¿Qué te traes entre manos, Peterson?
—¿Debería traerme algo entre manos? —replicó el castaño tratando de sonar seguro y no nervioso. Leo se sentó en su lugar, viendo a su amigo con una ceja en alto.
—Jack —insistieron ambos queriendo saber qué es lo que traía, pues hasta Astoria había notado el extraño comportamiento del castaño.
—Ah, está bien —se rindió Jack, aunque también era algo que ya quería hablarlo con ellos—. ¿Recuerdan a Goldstein, el de Ravenclaw? —ambos asintieron— Pues... me he estado viendo con él estos días y puede que... ya saben, tener algo con él.
