La guerra había comenzado de nuevo cobrando su primera víctima. Ahora no sólo dependía de ella el cambiar las cosas que están escritas, también él podía hacerlo.
Enfrentar todo para poder tener una vida tranquila de nuevo era lo que la familia Black...
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Un Lindo Atardecer
El viento le removida el cabello a Leo mientras volaba en su escoba sobre el campo de Quidditch y escuchaba por décima ves su álbum favorito de Pink Floyd, y aunque trataba de enfocarse en la letra de la canción que estaba sonando en ese momento, su mente seguía repitiendo la conversación que tuvo con su prima el otro día.
Sin duda aquello le dejó pensando más que cualquier otra cosa.
«No puedo sentir eso por Jack —pensó—, es mi mejor amigo. Además, a mí no me gustan los hombres»
Y eso era otra cosa que le tenía pensado.
«Quizás tengo que hablar con mamá» negó ante esa idea «Tengo que hablar con él tío Marcos, él si sabrá darme una mejor explicación».
Sabía que no habría nadie que supiera más de ese tema que Marcos Devellirs, lo malo es que aún faltaba mucho para las vacaciones y aún le daba cierto miedo utilizar espectro.
Giró alrededor de los postes y mientras iba en línea recta, soltó la escoba y recostó hacia atrás, dejando su espalda contra el palo de la escoba y viendo el cielo, como las nobles se movían con lentitud y algunas a en volaban por encima suyo.
Volvió a su posición inicial cuando calculo que estaba próximo a llegar al otro extremo del campo, y como si le hablaran, bajó la vista, viendo al resto del equipo llegar.
Esa misma mañana, Montague le había avisado que entrenarían en la tarde, así bajo para reunirse con los demás.
—Parece que alguien se adelantó a calentar —dijo Montague cruzando de brazos y viendo al chico Black.
—Solo quería distraerme un poco —contestó Leo guardando su Walkman y audífonos en la mochila que dejó cercas de los vestidores.
—Muy bien. —El capitán del equipo está vez se dirigió a todo el equipo—. El próximo partido que tendremos será contra Hufflepuff y, a mi parecer, creo que debemos cambiar un poco las técnicas, ya saben, no ser repetitivos.
—Yo tengo algunas ideas —volvió hablar Leo viendo únicamente al capitán e ignorando que algunos de los otros rodaran los ojos con algo de fastidio—, mis papás me las explicaron en las vacaciones y creo que podrían funcionar.
—¿Qué puestos ocupaban? —preguntó el mayor con una ceja en alto.
—Mi papá fue buscador y también fue capitán en sus últimos años como estudiante. Mi madre era cazadora en Ilvermorny y siempre dicen que era una de las mejores.
