La guerra había comenzado de nuevo cobrando su primera víctima. Ahora no sólo dependía de ella el cambiar las cosas que están escritas, también él podía hacerlo.
Enfrentar todo para poder tener una vida tranquila de nuevo era lo que la familia Black...
❝Esas ganas de cerrar los ojos y que todo vuelva a ser como antes❞
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Su Manera De Torturarlo
Los gritos se escuchaban por toda la sala, al igual que la risa desquiciada de Bellatrix que, sin duda alguna, estaba disfrutaba de la situación.
—¡Ya déjala! —gritó Regulus intentado librarse de las cadenas invisibles que lo detenían.
—Vamos, no que eras muy buena, Emmily, demuéstralo —habló Bellatrix ignorando a su primo. Se acercó y con el pie empujo a la castaña para dejarla boca arriba y así pudiera verla a la cara—. Eres patética, Potter —se agachó para tomarla del cabello y obligarla a sentarse—, y tú también lo eres, primito —sus ojos negros se encontraron con los grises de Regulus—, te dije que te ibas a arrepentir, que ibas a terminar siendo la misma escoria que tu hermano.
—Ya se los dije, háganme lo que quieran a mí, pero a ella déjenla ir.
—Pero si la diversión aún no acaba —Bellatrix soltó a la castaña, que ya no tenía fuerzas y terminó en el suelo, con los ojos cerrados, tratando de resistir los espasmos de las torturas—, de hecho, se me está ocurriendo que deberíamos hacer una reunión familiar ¿no crees? ¿Qué opinas, Alaric?
Emmily, que intentaba por lo menos sentarse, alcanzó a ver a Fallen moverse detrás de su marido.
—Lo he estado pensando desde que los trajimos aquí, Bella —Alaric se acercó a Regulus, enredo sus dedos en el cabello del pelinegro y tiro hacia atrás su cabeza para que lo viera a la cara—. ¿No te gustaría ver a tus hijos de nuevo? ¿Estar reunidos como la feliz familia que eran?
—¿Qué nos dices Emmily? —Bellatrix se arrodilló a un lado de la castaña, pasando la punta de su daga por su mejilla y bajando por su cuello— ¿Quieres tener a tus pequeños mocosos aquí? Pará que vean lo patética que es su madre.
Los ojos azules de Emmily se encontraron con los de Bellatrix. Sabía que sí tuviera fuerzas, podría abalanzarse sobre ella, quitarle la daga o la varita y matarla, pero apenas y podía mantener los ojos abiertos.
Aunque eso no la detuvo para escupirle en el rostro, a lo que la bruja cerró los ojos mientras que Alaric soltaba un silbido y una pequeña risa, aún sin soltar a Regulus, que lo obligó a mirar. Se agachó para quedar a la altura de su oído.
—Esto se va a poner más emocionante —murmuró el castaño viendo como su compañera se limpiaba el rostro.
—Definitivamente voy a traer a tus bastardos —dijo Bellatrix empujando a Emmily y quedando a horcajadas sobre ella— y te voy a obligar a verlos mientras los torturó de las peores maneras que te puedes imaginar. Pero antes...
