La guerra había comenzado de nuevo cobrando su primera víctima. Ahora no sólo dependía de ella el cambiar las cosas que están escritas, también él podía hacerlo.
Enfrentar todo para poder tener una vida tranquila de nuevo era lo que la familia Black...
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Todo Un Revoltijo
Los días que siguieron a la noticia no fueron normales.
Regulus estaba preocupado por todo, en especial por Emmily. La castaña no podía dejar de sentir miedo. Quizás el Señor Tenebroso no se ha aparecido públicamente hasta el momento porque sabían que algo tramaba, pero era posible que sus seguidores que acaban de escapar de prisión no les importara hacer una visita a sus viejos conocidos.
Walburga y Orión habían reforzado los encantamientos de seguridad en Grimmauld Place, quitaron aquel hechizo de que solo un miembro de la familia podía entrar, pues el riesgo de que Bellatrix le hiciera el favor a Fallen como lo hizo años atrás o que ella misma entre y haga de las suyas era motivo suficiente para modificarlo a solo Regulus y Sirius y sus respectivas familias.
Los demás hicieron lo mismo de proteger sus hogares, incluso Dumbledore se los había indicado, para evitar cualquier accidente.
La castaña sabía que su hijo mayor estaba a salvo en el castillo, por eso solo se dedicaba a preocuparse de los mellizos. Los americanos también se habían enterado de aquella noticia y no tardaron mucho en ir a Londres para ver a sus amigos.
—Sabes que si no te sientes segura puedes ir a Georgia —dijo Marcos viendo a su mejor amiga—, puedes dejar a los niños en la casa y nosotros los mantendremos a salvo.
Emmily les había contado lo que había soñado, era algo que por más que quería mantener solo para ella no podía.
—Sí, lo sé, y no voy a dudar en hacerlo —la castaña soltó un suspiro—, con Fallen y Bellatrix sueltos, sé que las cosas serán mucho más difíciles.
—¿Ya se habrán enterado que si siguen con vida? —preguntó Dayana viendo a la pareja.
—Lo más probable es que Bellatrix, su marido y cuñado se estén quedando en la mansión Malfoy —habló Regulus— y eso significa que Lucius ya se lo haya dicho.
—Y, por ende, se lo han dicho a todos los demás, y eso incluye al Señor Tenebroso —continuo Emmily, que jugaba nerviosamente con su anillo de bodas. Quería mantenerse tranquila, no quería asustar a sus hijos, y también para mantener la mente cerrada y evitar que alguno de los dos, en especial Kaia, entrara y se enterara de todo.
Miró por la ventana y vio a su hija jugando con Melania en los columpios, Altair se había encerrado en su habitación a comenzar a leer el nuevo libro que Carlos le había llevado. Los adultos siguieron platicando, solo qué de otros temas, a petición de Emmily.
