La guerra había comenzado de nuevo cobrando su primera víctima. Ahora no sólo dependía de ella el cambiar las cosas que están escritas, también él podía hacerlo.
Enfrentar todo para poder tener una vida tranquila de nuevo era lo que la familia Black...
❝A veces, debes aceptar las cosas como son y no lo que tú quieres❞
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Draco Malfoy
La tensión entre Leo y Jack era evidente, pero no para todos, solo para ellos.
Trataban de comportarse como antes, tratando de hacer lo que Jack había dicho: olvidar las confesiones que ambos hicieron. Leo intentaba no mostrar mucho el nuevo afecto que le dedicaba a Astoria frente a él para no incomodarlo, en eso la castaña estuvo de acuerdo, además, no quería hacerlo frente a todos porque aun no habían formalizado nada.
Jack, por otro lado, dejaba sus celos para poder darle el apoyo a su amigo con el tema de sus padres, pero cuando no estaba con el pelinegro, se encontraba con Anthony, aceptando oficialmente ser su pareja, de esa manera intentaría dejar su enamoramiento por su amigo y dejar que se forme algo entre él y Astoria.
—Estas dejando que él sea feliz, pero ¿qué hay de tu felicidad? —le había dicho Sam a Jack una tarde que se encontró con ella y se habían quedado a hablar un rato.
Jack desde el principio había hecho una buena conexión con Sam, por lo que hablar de eso con ella no le resultó incomodo.
—Lo que más me importa, es conservar la amistad de ambos —le contentó Jack viendo por la ventana—, lo demás no importa. Además, Anthony también me gusta.
—Pero no como mi primo —la chica alzó una ceja y el castaño solo soltó un suspiro, repitiendo lo mismo.
Sam no quiso molestarlo más con ese tema y decidió cambiar de tema, preguntando cualquier cosa hasta que la siguiente clase comenzó y cada uno se despidió para ir a sus respectivos salones.
Por otro lado, más tarde, Leo corría por el pasillo, tratando de alcanzar a Harry antes de que comenzará a subir las escaleras hacía la torre de Gryffindor.
—¡Harry! ¡Espera! —gritó, deteniendo a su primo en la puerta.
—¿Y ahora que te pico? Parece que te vienen persiguiendo —intentó bromear Ron como en los últimos días cada que el primo de su mejor amigo está cercas.
—No lo... diría así... pero necesito... —Leo se apoyó en la pared, tratando de recuperar la respiración y después de un rato, jalo a Harry a un lado para tener un poquito de privacidad y no obstruir el pasó de las escaleras—. ¿Tienes el mapa contigo?
Harry frunció el ceño, algo confundido, casi no se lo pedía, pero después de un rato, habló.
