Parte 13

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He pasado los siguientes días emocionadamente esperando para que mi madre lo arruine.

No me malentiendan, no iba a hacerme el tonto por esto. Como, "déjame correrme dentro de tu vagina" no estaba en la lista de sugerencias potenciales, clare, ella podría estar de acuerdo en aceptar cualquier castigo, pero podía estar justamente confiado que eso levantaría algunas sospechas.

Pero había estado pasando mucho tiempo en sitios de BDSM, y tenía algunas ideas para castigos dolorosos que creo que no cruzaban la línea.

Si Mama siquiera tuviera una línea aún.

No podía parar de pensar sobre lo que se sentiría castigar a mi madre. Hace años, había leído que todos tienen un fetiche raro, y puede solo no hayas descubierto el tuyo aún. Supongo que asumí que el mío era el incesto, esta obsesión total con el cuerpo de mi hermana.

Bueno, resulta que puedes tener más de uno. La disciplina y causar dolor habían sido añadidos a mi lista. Incluso empezaban a mezclarse con mi complejo de Edipo.

Cada día, despertaba emocionado por castigar a Mama. Así como para mi propio beneficio, sabía que también serviría para bajar lentamente sus exhibiciones, cambiar sus estándares de lo que era aceptable hacer con su hijo. Quiero decir, más que el orgasmo diario que le estaba dando.

Había solo un problema: Mama.

No lo estaba arruinando.

Pensé que se estaba haciendo la vista gorda cuando ni siquiera había considerado lo que sucedería en los días en que no lo arruinaba. Resultó que ella se conocía a sí misma mejor de lo que esperaba.

Desde que mi Papa había muerto, Mama no había tenido sexo ni masturbado. El mayor placer de su vida drenado, lo convirtió en comida, la explosión de gusto que una boca llena de calorías le traía había sido tan poderosa, había sido capaz de resistir.

Ahora, sin embargo, ella estaba teniendo gusto de algún otro lado. De mí.

De mi mano en su trasero.

Cada noche, Mama estaba esperando hasta que Cynthia se fuera a la cama, iba a mi cuarto, y sonrojada mente me decía que se había apegado a su límite de mis calorías. Le creía, también, Mama era muchas cosas, pero no una mentirosa.

Y como recompensa, la recostaba en mi regazo y la nalgueaba hasta el orgasmo.

La mente humana es algo extraña. Dándole a Mama una absoluta fijación en su peso, había sido capaz de hacerla más fiable, más confiable, había sido capaz de convencerla de aceptar cosas que creerías que eran imposibles.

Como correrse por la mano de su hijo no era un acto sexual.

Esto solo significaba el primer paso, había planeado usarlo para moverla más y más hacia actos depravados. Para eventualmente convencerla de que si, dejarme correrme dentro de ella no era un acto sexual.

Pero aparentemente la amenaza de no darle su orgasmo diario era el incentivo que necesitaba todo estos años. Mama había empezado a contar sus calorías obsesivamente, nunca siquiera acercándose a cuota diaria.

Era impresionante, para ser honestos...y no era el único que lo había notado.

*                                                *                                                       *

"Quiero que me hagas exactamente lo mismo que estas haciéndole a Mama."

Mi verga creció por la idea, por supuesto, pero dude. Esto podía ir en un numero de diferentes direcciones, y sabía que la precaución era el mejor camino para seguir.

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