Parte 43

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Espere hasta el día siguiente para intentar lo que sea. Normalmente le daría unos cuantos días para que la idea realmente entre en su subconsciente, para prepararla para lo real...pero había venido de su subconsciente. O su sub subconsciente, lo que sea que sea el siguiente nivel.

Era su idea. Esto era algo que ella había sugerido.

Algo que ella quería.

"Cuanto tiempo hiciste plancha hoy?" pregunte.

"Dos minutos," respondió mi madre, con su mirada cabizbaja.

"Oh, Mama..."

"Lo sé," dijo ella funestamente. "Lo siento. Realmente lo intente."

"Te apegaste a tu dieta, al menos?" pregunte, y ella asintió.

"Bueno entonces," dije, señalando mi regazo. Siempre estoy impresionado por lo rápido que mi madre puede moverse hacia mi regazo. Lo juro, a ella le gusta ser nalgueada más de lo que a mí me gusta nalguearla.

No, eso es obviamente ridículo. No creo que a nadie le guste más algo tanto como a mí me gusta nalguearla.

Aún tengo que nalguear a mi madre mientras esta desnuda e inconsciente, pero se siente como si me estuviera acercando al día. Como parte de otro castigo, ella estaba usando una falda corta, bragas negras, sin bra, y nada en sus pies.

Ella se arrastró hasta mi regazo, temblando mientras gentilmente acariciaba su piel desnuda. "Tengo una nueva idea para un castigo," dije, permitiendo un tono de ligereza en mi voz. Un poco de prueba y error me habían dicho que ella solo aceptaría la sugestión si venia de un lugar de travesura—la primera vez que la había desnudado, ella lo había hecho porque lo trate como una broma.

A solo unos pocos meses después, ella pasaba más tiempo en casa desnuda que vestida. Vaya broma, no?

SMACK.

El cuerpo entero de Mama se tensó mientras mi mano caía en su trasero. "Uno," grazno ella—a menos que le dijera otra cosa, le había ordenado que siempre contara cuantas nalgadas recibía.

Era divertido ver los números tambaleando un poco mientras se excitaba más y más.

"Creo que este castigo será realmente efectivo," continuo.

SMACK.

"Dos."

La respiración de Mama ya se estaba intensificando. Ni siquiera ella podía explicar porque le gustaba ser nalgueada tanto. Incluso por su hijo.

Y, mientras el tiempo pasaba...especialmente por su hijo.

SMACK.

"Tres."

"Va a ser muy vergonzoso," cante. "Quizás este finalmente funcione, y te permita apegarte a tu programa de ejercicio."

SMACK.

"C—cuatro."

Hice las matemáticas, y creo que actualmente sea posible para cada ejercicio que le ponga a Mama sea completado. Ella solo tendría que contratar a una empleada de tiempo completo para hacer la mitad por ella.

SMACK.

"Cinco!"

"No te gustan las castigos vergonzosos, o sí?"

"N—no," tartamudeo Mama, olvidando que se supone que reclamara que no le gustan ninguno de ellos.

Por supuesto, ambos sabíamos que estaba mintiendo. Quizás no le gustaba conscientemente, pero alguna parte de Mama rogaba por cualquier castigo que involucrara dolor.

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