Parte 56

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Había estado violando a mi madre después del desayuno cuando me di cuenta.

La mayoría de los desayunos terminaban de la misma forma. Creerán que me aburriría de esto, pero la rutina nunca pasaba de moda.

Mama aun me despertaba con sus manos y boca y tetas. Cynthia había dejado de unirse desde hace unas semanas, cuando había dejado en claro que sus esfuerzos no podían compararse con los de Mama. Quiero decir, no me malentiendan, ella era técnicamente igual de buena...pero sin el miedo, era como comer cereal sin leche.

Algunas le ordenaba a Mama que me masturbara en su cara (algo que ella amaba mucho, hace tiempo; ahora solo era un recordatorio de su tormento diario). Algunas veces tomaba su boca. Algunas veces incluso despertaba primero y me la cogía. La mirada de miedo en sus ojos cuando se dio cuenta que ni siquiera estaba segura cuando estaba dormida...si, nunca me tomaba mucho correrme dentro de ella cuando despertaba antes que ella.

Y para mi deleite, ella a menudo se corría también. Vaya forma de despertar, verdad?

Después de que jugábamos, me acostaba en la cama un poco mientras Mama corría hacia la cocina para hacerme de desayunar. Algunas veces le daba un pequeño reto—"no puedes usar la mano derecha" o "lame todo lo que toques"—solo para asegurar que ese tiempo no era un verdadero respiro.

Quería que nunca se sintiera a salvo.

Por supuesto, algunas veces me levantaba directamente. Exactamente una vez que la atrape no haciendo lo que le dije; le instruí que hiciera el desayuno mientras tenía el Juguete metido, pero cuando entre a la cocina unos cuantos minutos después, estaba puesto a lado del fregadero. Unos cuantos minutos después ella estaba en el suelo, sobándose la mejilla, mientras sollozantemente explicaba que había planeado ponérselo unos cuantos minutos después.

Su castigo era simple: todo lo que comiera durante la próxima semana tenía que hacerle una visita primero a su culo. Ella comió un montón de fruta y vegetales con cascaras esa semana.

Y después de eso, ella siempre hacia lo que le decía.

Una vez que el desayuno estaba listo, hacia que Mama me entretuviera mientras comía. Algunas veces chupaba mi verga, algunas veces bailaba para mí. Realmente no sentía mucho placer al observarla bailar...pero ella lo odiaba mucho, siempre estaba duro cuando terminaba.

Y luego una vez que yo terminaba, era el turno de Mama para comer. Mientras ella comía, 9 veces de 10, la violaba.

Como ya me había corrido una vez la mayoría de las mañanas, era una larga sesión. Pasaba una hora o dos cogiéndome a mi madre, obligándola a decirme lo mucho que lo odiaba, que suplicara que me detuviera; o—para más diversión—que me rogara que siguiera y me dijera lo mucho que lo merecía.

La mejor parte de eso era que no importaba cuantas veces se venía, sabía que nunca lo disfrutaba.

Así que si, era una de esas mañanas—Mama intentando comer mientras bombeaba su culo con mi verga—cuando Cynthia entro. Honestamente no podría decirles la última vez que la había visto; como dije, como que había desaparecido. Ni siquiera sé si seguía llegando al límite.

Para ser franco, realmente no me importaba.

Pero cuando mi hermana entro, la note. Por primera vez en una o dos semana, la note. Como no podría?

Ella entro al cuarto en cuatro. Nada inusual, Cynthia había estado esporádicamente eso incluso antes de que había violado a Mama. Sus tetas eran tan enormes, que las arrastraba por el suelo; no se si la mirada en su cara era de placer o dolor, pero eso no fue lo que atrapo mi atención.

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