Parte 17

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"Qué tipo de castigo piensas que sería un buen reemplazo?"

Mi madre estaba sentada en frente de mí, con la mirada llorosa, discutiendo formas en las que podría castigarla. Cada noche, ella venía a mi cuarto y me dejaba nalguearla hasta que llegaba al clímax. Mi hermana me había dejado frotarla a través de sus bragas, llevándola al borde del orgasmo una y otra y otra vez.

Era difícil imaginar que mi vida podría ser mejor, pero sabía que podía.

Podía, y lo haría.

"No lo sé," respondió Mama inmediatamente. "Pensé que azotar mis pies ya era muy efectivo."

"Por qué?"

"No lo busco. Me hace trabajar más duro para apegarme a mi rutina."

"¿Pero no ha funcionado, o sí?"

Mama sacudió su cabeza, y deliberadamente falle en mencionar el hecho de que su horario era de hecho imposible de completar.

"Así que no es un buen castigo." Un pensamiento me llego. "Crees que funcionaria mejor como recompensa?"

"No," dijo Mama inmediatamente.

Amo a mi madre, pero es difícil negar que es una criatura muy simple. Verla desarrollar esta compleja relación con los castigos BDSM era fascinante, por decirlo menos.

Fascinante, y caliente como el infierno.

"Así que esto es lo que vamos a hacer," dije, intentando actuar como si hubiera tenido la gran idea, como si no hubiera pasado toda la sesión armando la idea que iba a proponer. "¿Recuerdas cómo te dije que los orgasmos durante las recompensas son buenos, porque refuerzan los buenos patrones de comportamiento?"

Mama asintió.

"En los días cuando no seas recompensada, vas a ser azotada como siempre. Y encima de eso, no tendrás permitido correrte."

Los ojos de Mama se abrieron mientras procesaba lo que decía.

"Entiendes?"

"Yo...yo..."

La mire de cerca, pero mi madre no mostraba señales de temblores, nada alarmante. Parecía como si simplemente procesaba la nueva información.

"Entiendes?" repetí, después de que un minuto haya pasado.

"...si."

"Dime lo que va a pasar."

"En los días cuando no me apegue a mi horario, vas a azotar mis pies. Luego, encima de eso...No tengo permitido correrme."

"Exactamente," dije con una sonrisa. "Buena chica."

Mi verga dolía ante la vista de la cara sonriente de Mama mientras la despertaba.

*                                                             *                                                              *

La próxima vez que hipnotice a mi hermana, no se vino.

Una parte de mi estaba decepcionado, por supuesto. Si mi hermana se hubiera corrido, hubiera sido forzado a tocarla de nuevo. Quizás podía presionar las cosas, tocar sus pechos, tocarla debajo de sus bragas.

Pero ella no se vino, y así que me apegue al plan.

El plan me permitiría hacerlo, y mucho más.

"Como te sientes?"

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