Parte 52

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"Que harás para probar que eres mejor que Mama?" le pregunte a mi hermana, con dos dedos metidos dentro de su resbaladiza vagina.

Cynthia no contesto, solo gimoteo y gimió, con sus muslos involuntariamente palpitando mientras sus paredes pélvicas apretaban fuertemente mis dedos. Ella había estado amarrada todo el día, con Mama y yo golpeando su culo, sus pechos, y su vagina por horas.

Tan pronto como la liberé, la puse en trance. Mientras se acostaba frente a mi hipnotizada, sabía que cada uno de los músculos de mi hermana estaba adolorido, que estaba completamente física y mentalmente exhausta.

Ni siquiera sé cuánto ha pasado desde que Cynthia se había corrido, pero aun aguantaba. Ella sabía que no tenía permitido llegar al orgasmo. Mi hermana había venido (no es broma) hasta ahora—de ser incapaz de controlar de detener sus clímax cuando se tocaba, a resistir mi experto (si lo digo yo mismo) tacto, incluso mientras estaba absolutamente fatigada.

"Lo que sea," finalmente jadeo, con las palabras causando un temblor de placer recorriendo su cuerpo. "Hare lo que sea. Necesito ser mejor que Mama. Necesito probarle a mi hermano que soy digna de él."

Y sabía que lo decía enserio. A lo largo de las dos últimas semanas, ella había dejado atrás a Mama en cada oportunidad, enaltecida con sus propias fortalezas, y tomando ventaja del hecho de que ella sabía mis fetiches íntimamente.

Cynthia lo quería. Ella lo quería más de lo que había querido algo en toda su vida.

"A tu hermano le gusta cuando tu madre se viene. Te correrías, para ser mejor que ella?" pregunte, y Cynthia se estremeció ante el pensamiento. Podía ver su mente teniendo una lucha interna consigo misma. Había dejado mucho claro que si la veía correrse, seria menos atractiva para mí...pero había pasado las últimas sesiones enalteciendo lo importante que es que venza a Mama.

"Si," dijo finalmente. "No. Si. Lo que sea que tú quieras."

Sonreí ante eso, y ella lo repitió.

"Lo que sea que tú quieras..."

"Hay algo que no harías?"

"No," dijo Cynthia firmemente, con sus ojos nublados mientras mi pulgar frotaba su clítoris. "Hare lo que sea. Lo que sea."

***

"Que harás para probar que eres mejor que Cynthia?" le pregunte a Mama. Mi hermana había estado abierta de piernas en su cama cuando le pregunte; mi madre estaba acostada en el sillón, con sus muñecas atadas detrás de su espalda.

Ella ya se había corrido dos veces, por mi mano frotándola mientras hablábamos, y podía decir que no estaba lejos de la tercera.

"Te demostrare," dijo Mama, con anhelo en su voz. "Te demostrare que puedo hacer todo lo que hace Cynthia, y más."

"Lo que sea?" pregunte, y Mama asintió. Levante una ceja.

"Lo que sea?" repetí, y Mama asintió.

"Si," dijo ella, con su voz llena de lujuria. "Hare lo que sea..."

"Que eres?" pregunte, y Mama levanto su mirada hacia mí. Sus ojos estaban nublados, su cara roja, y sus labios húmedos.

"Una puta," susurro ella. "Soy una puta para mi hijo. Una puta para su verga."

"Así es," dije, y mi pulgar froto su clítoris. "Y harás lo que sea para probar que eres mejor que tu hija, no es así?"

Mama asintió, y deslice un dedo dentro de su vagina.

"Lo que sea," gruño ella. "Lo que sea para mostrarte lo buena que soy."

"Me cogerías?" dije con un gruñido.

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