Parte 46

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"Cinco punto cinco," dije seriamente.

Mi hermana normalmente no se movía cuando estaba en trance, con sus pocas excepciones. Aparentemente decirle que su puntaje había bajado un numero entero era una de esas; con todo su cuerpo retorciéndose, su boca se abrió con desesperación.

Lamí mis labios con anticipación. Una vez que terminara aquí, probablemente me correría en esa boca. No hay nada más caliente que la cara de mi hermana cuando aplastaba su sueños, y empezaba a sentirme bien haciéndolo y una y otra y otra vez.

La había evitado por el resto del día, antes de entrar en su cuarto y decirle que era hora de otra sesión.

Ella no discutió, por supuesto. Era todo lo que podía hacer para no gruñir de placer ante la forma en que se apresuró a obedecer, como si fuera un esposo abusivo con el que se tenía que esforzar para no hacerlo enfadar.

"Cinco punto cincuenta y seis, para ser especifico."

El comportamiento de mi hermana no cambio ante la ligera actualización que le di.

"Que?" dijo ella calmadamente, como si...bueno, como si su corazón se hubiera detenido. "Por qué?"

"Porque le pediste chupar su verga," respondí.

"Yo..."

Deje que mi hermana pensara por un momento, prácticamente escuchaba los engranes en su cabeza girando. Finalmente, se rindió.

"No entiendo," dijo ella, con voz baja. "Pensé que le gusto..."

"Lo hizo," asentí. "Le gusto que se la chuparas."

"Entonces cual es el problema?"

"No le gusto que tú se la chuparas."

Ahí estaba de nuevo; la mirada de un corazón roto. Había estado listo para esto, y luego tomar una foto tan pronto como apareciera.

Mi hermana, acostada desnuda, completamente expuesta en su cama. Con sus ojos llorosos, y su cara sin expresiones.

Y en sus ojos, la mirada de alguien que había perdido todo.

Todo por mí.

"No fui buena?"

"No realmente," dije de mala gana. "El principalmente se vino porque...bueno, es virgen." Cierto, con la notable excepción de cogerme a Cynthia mientras estaba hipnotizada. "Es como la piza; cualquier chupada es mejor que no tener ninguna."

"Yo...fui tan mala? Lo suficiente para bajar a...."

Cynthia trago saliva, con sus siguientes palabras siendo apenas un suspiro.

"Cinco punto cinco?"

"Cinco punto cincuenta y seis," la corregí. "Y no fue solo que fueras mala. Es también que...bueno, eres su hermana."

Una mirada de confusión apareció en los ojos de mi hermana, y pude evitar sonreír. Había distorsionado completamente su sexualidad, había jodido su sentido del bien y del mal, ella no podía entender porque nosotros siendo hermanos podíamos hacer lo que sea menos coger.

Ella había olvidado que no era normal para una hermana chupar la verga de su hermano. Que un miembro de la familia quería a otro tanto como ella me quería a mí.

"El incesto es malo," le recordé. "Es un acto asqueroso y pecaminoso. Solo un verdadero pervertido se excitaría con eso."

Cierto. Pero ya había aceptado que lo era.

"...oh."

De nuevo, hubo un silencio mientras Cynthia procesaba mis palabras.

"Que hay cuando se vino en....en la cara de Mama? No le gusto eso?"

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