"No!" exclamo Mama, mientras mis cejas se levantaban.
Dios, maldición—Cynthia lo había hecho de nuevo.
Ella tenía razón, por supuesto. Mama me había visto castigando a Cynthia, ella me había visto nalguearla y amarrarla...pero nunca había presenciado algo realmente sexual entre nosotros.
La vista de eso, la vista de sus dos hijos incluso besándose...la mataría.
Era el castigo perfecto.
Y, como un beneficio extra, Cynthia tendría lo que más deseaba—a mí.
"Estas loca?!" grito Mama. Me gire hacia ella, con las cejas levantadas, pero (por primera vez en meses) Mama no se retractó.
"No! No, no, no, no, no. Daniel, no. Esto es demasiado. Cynthia, no...no puedes hacer eso."
Me gire hacia mi hermana. "Suena a que realmente no quiere."
Mama dudo, y por un momento prácticamente pude escuchar los motores trabajando en su cabeza. Le di un momento de esperanza, permitiéndole sentir que había conseguido algo de control sobre la situación.
"...lo cual lo hace el castigo perfecto," continue.
"NO!" lloro Mama, mirándome, con los ojos llenos de miedo. "No puedes. No puedes. Por favor!"
"Lo siento," dije de mala gana, mirándola firmemente a los ojos. "Esto es tu culpa."
Antes de que Mama pudiera objetar de nuevo, me levante, y—por primera vez—empuje mis labios hacia los de mi hermana.
Había besado a una chica antes, por supuesto. Mama y mis anteriores novias. Pero esto era diferente. Especial.
Esta era Cynthia, la chica con la que había fantaseado por años.
Esta era mi hermana.
Nuestro primer beso fue suave, dulce, afectivo. Creo que ambos estábamos nerviosos, quizás incluso asustados. Nunca habíamos hecho algo como eso antes, y esto era algo grande. Para ambos, aunque por supuesto Cynthia no sabía lo mucho que había querido esto.
Nos besamos por casi un minuto, nuestras lenguas bailaban juntas. Mis manos rodearon su espalda, y las suyas bajaron por mi pecho. Nuestro abrazo era tierno, incluso tímido.
Luego, sin advertencia, Cynthia como mi culo con ambas manos, jalándome hacia su cuerpo, y empezó a besarme furiosamente. De repente estábamos besándonos como los adolescentes calientes que éramos. Quizás había gemido ante su agarre, no estoy seguro. Pero definitivamente gemí cuando ella metió sus manos por debajo de mi playera, y puso sus manos en mi pecho desnudo.
Cynthia dejo salir un suave gruñido de excitación cuando hice lo mismo. Ella estaba completamente desnuda, y podía sentir su suave piel contra mis palmas. Mientras mis dedos pasaban por sus pechos, sentí sus pezones endurecerse.
Cynthia jadeo mientras pellizcaba uno de sus pezones, y ella se inclinó hacia mí, pasando sus brazos por mi cuello.
Dios, amaba tanto a esta chica—nunca había querido más a nadie. El momento era perfecto. Todo era perfecto. Estaba besando a mi hermana, y era todo lo que había soñado.
Mas, de hecho—nunca había imaginado que nuestra primera vez seria mientras Mama estaba de pie mirando, con su corazón rompiéndose ante la vista de sus únicos dos hijos juntando sus labios.
Rompí el beso y miré a mi madre, quien estaba de pie con los ojos abiertos, mirándonos. Ella estaba temblando, con lágrimas bajando por sus mejillas.
"No permitiré esto," dijo ella. Su voz estaba callada, pero tenía un incuestionable limite en él. "Ustedes...no pueden hacer esto."
"Te lo mereces," le recordé. "Esto es por ti. Eres responsable de esto, Mama."
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Dieta
General FictionCynthia quiere perder peso, así que su hermano Daniel se ofreció a hipnotizarla.